Una libertad conquistada y merecida. La nueva exposición de Cristina Lama en la galería Javier Marín de Málaga, Alrededores, muestra la autodeterminación e independencia pictórica que la artista sevillana ha alcanzado, una madurez que se refleja no solo en la versatilidad de su trabajo – diversos formatos, técnicas y temáticas -, sino también en un evidente disfrute de la pintura.
Alrededores parte del trabajo que Lama presentó en el mismo espacio hace cuatro años, Que cómo dormirán los vecinos de este pueblo, en el que la pintora vinculaba una serie de personajes y símbolos propios del imaginario y los cuentos infantiles – lobos, brujas,… – con la situación de crisis que desde 2008 nos viene aquejando. Los fantasmas y monstruos de Cristina se convertían entonces en los protagonistas de las pesadillas populares, verdaderos iconos de la congoja social. Esta temática reaparece en su nueva exposición de un modo menos explícito. Algunos de esos antiguos personajes ahora se diluyen en el fondo, las escenas son más aéreas, más indefinidas y la fuerza de los colores y la pincelada restan protagonismo a la temática. En las pinturas de mediano y gran formato sobreviven ciertos símbolos, elementos figurativos que nos hablan no solo de ese mundo terrorífico, sino también del paisaje y la escenografía: árboles, ramas, palmeras y montañas aparecen continuamente representadas de un modo sintético, primitivo y espiritual que conecta la obra de la sevillana con las creaciones expresionistas de principios de siglo XX, esto es, una visión íntima del paisaje.
Sin embargo, y a pesar de la importancia que tiene la introducción de esta nueva temática en la obra de Cristina, la tensión de la exposición recae en la lucha entre figuración y abstracción. La “puesta de pintura” de Lama siempre ha sido un proceso tan intelectual como expresivo. Detrás de cada obra hay una pincelada predeterminada – más o menos apretada-, una selección del material pictórico y un planteamiento compositivo. Ocurre también así con los colores, intencionadamente sucios, turbios y poco nítidos, capaces de describir una oscura verdad. Un trabajo mental que no resta, en absoluto, disfrute al proceso pictórico. Cristina se deleita en la materia, en la orografía que describe el óleo sobre el lienzo o la tela, en los empastes. La artista juega con la pintura y se divierte recreando, incluso, el marco de algunas obras (Paisaje, Cuerpo y Sendero, 2015). Quizá sea esa actitud de gozo y placer la que ha hecho que Lama se deshaga, poco a poco, de los elementos figurativos que componen su obra y se adentre en el ámbito de la abstracción geométrica. Piezas de pequeño formato como Construyendo un monte (2014) o Abalorios (2016) dan buena cuenta de ello. La montaña, que anteriormente era representada como un triángulo marrón con una cima blanca, ahora se convierte en una construcción de triángulos de diversos tonos: verdes, azules, marrones,… Lo mismo ocurre con las cuentas de un colgante. Sin duda, elementos presentes en la cotidianidad de la artista, componentes de sus “alrededores”. Cabría apuntar que la abstracción geométrica de Cristina nada tiene que ver con los perfiles cerrados y bien definidos de Mondrian o Lissitzky, se trata de una interpretación personal en la que pervive el nervio, la imperfección e irregularidad. La tensión, por tanto, no solo se atisba en la lucha figuración/ abstracción, también está presente en el conflicto expresión/ concreción geométrica. A pesar de todas estas oscilaciones y titubeos, su obra no pierde capacidad narrativa, aspecto que podemos constatar en la serie de pequeños óleos sobre telas, ST (2016), en los que la artista describe toda una historia con pocos elementos.
¿En qué se basa, por tanto, esa libertad de la que hablaba al principio? No solo en la experiencia que Lama ha adquirido trabajando pacientemente con diversos materiales, formatos, lenguajes y temáticas, sino en su capacidad para usar unos y otros a capricho. Luna Llena (2016) es una tinta china sobre papel que rompe por completo el leitmotiv matérico de la exposición. En ella aparecen, casi recortadas, las siluetas de dos árboles secos que sustentan dos especies de hamacas o medias lunas. Esta pieza conecta con un mundo distinto: la bidimensionalidad del arte africano, las sombras chinescas, la obra de artistas como Kara Walker,… Cristina nos da pistas de los caminos que comienza a transitar. Alrededores es, ante todo, una declaración de intenciones: la libertad de experimentar y descubrir, de salirse del camino descrito.
Artista: Cristina Lama
Fechas: hasta el 21 de mayo de 2016
Lugar: Galería JM, Málaga
Créditos de las imágenes:
1- Cristina Lama – Paisaje, cuerpo y sendero (2015)
2- Cristina Lama – Abalorios (2016)
3- Cristina Lama – Luna Llena (2016)