«Hablemos del dolor» es un proyecto de la artista Sara Roitman, destinado a la duración de un año de calendario que comenzó el mes de enero de 2016 y cuyo objetivo es crear por un lado una obra de carácter mensual, que varía en formatos y técnica, además de la realización de una foto diaria durante los 365 días del año, todo ello acompañado de un cuaderno de artista mensual.
A lo largo del año se han realizado las obras bajo diferentes ejes curatoriales; las obras han sido exhibidas en el espacio público, en galerías, centros de arte, entre otros. Algunas obras se han ido desarrollando de una forma vivencial mientras que otras abarcan una variedad de temas, todos ellos relacionados con el elemento dolor como detonante para la creación de las propuestas; entre ellas se encuentran:
Kadish cuyo tema central gira en torno al dolor causado por la ausencia, por la muerte, es entonces que esta plegaria (perteneciente a la religión judía) toma sentido al ser recitada por la artista y más que una performance, constituye el medio para comprender a través de una serie de recursos artísticos el proceso de duelo.
Rupturas constituye una instalación con frases distribuidas en un pasillo angosto a través del cual los espectadores tienen que transitar de manera incómoda, se enfrenta al espectador directamente a una serie de palabras alusivas al rompimiento ya sea amoroso, social, de carácter epistemológico, no hay forma de escapar de las frases y solamente queda enfrentar los pensamientos que aquellos mensajes evocan.
Tintattoo serie de fotografías en torno a la corporeidad y la expresividad alcanzada sólo a través del tatuaje, el desarrollo de este tema permite la discusión acerca de los porqués y la razón de su existencia, que muchas veces obedece a razones vivenciales, emocionales, de fe o incluso de pertenencia a un grupo; sin lugar a dudas, el tatuaje es la única forma posible de inflingirse dolor a cambio de una recompensa.
La Minga, proceso conocido como el trabajo comunitario para la consecución de beneficios en común, es el título perfecto para el proyecto que actúa bajo el cobijo del arte relacional y que se enriquece con la incorporación de procesos comunitarios de la localidad como la pampamesa (que es el compartir alimentos de manera grupal). En este caso la minga se realiza para la siembra de plantas medicinales (que sirven para mitigar el dolor causado por la enfermedad), la siembra se realiza en forma de una espiral; entonces este proyecto como dispositivo artístico detona una serie de argumentos en torno a la otredad y al uso de estrategias colaborativas para alcanzar un fin común; entonces a fin de cuentas deviene en un proyecto ético y estético.
Todavía quedan por concluir algunas intervenciones, durante el tiempo transcurrido se han podido vislumbrar desde insospechadas perspectivas las diferentes máscaras que nos ofrece el dolor con el que tenemos que convivir a diario.
Artista: Sara Roitman
Curador: Hernán Pacurucu