Descubrir el recién inaugurado Espacio Olvera fue para mí una experiencia tremendamente grata. ¿Otra galería? Algo más que eso. Este nuevo lugar, dirigido por Óscar Olvera y Rubén Fernández Castón que abrió sus puertas al público el pasado 9 de septiembre, traspasa las fronteras de lo meramente expositivo, integrando nuevas soluciones que atienden a las necesidades del artista, como un dormitorio para alojamiento y un pequeño taller para la creación. Todo ello situado en un modesto piso del Polígono de San Pablo (Sevilla), un barrio de raigambre obrera que ya en el año 2010 vivió uno de los proyectos de arte relacional más interesantes de las últimas décadas: Art of All. No debe extrañarnos, por tanto, que este nuevo espacio nazca precisamente aquí, donde arte y pueblo se dan la mano.
La proliferación de espacios como el que aquí nos ocupa pone de manifiesto un cambio en las tendencias expositivas y en el mercado, así como el nacimiento de un nuevo paradigma. El modelo clásico de galería ha sido herido de muerte por la actual crisis, lo cual ha generado alternativas más sostenibles, y por qué no decirlo, más asequibles económicamente. En general, la calidad de los proyectos expositivos no se ha visto mermada, pues en muchos casos los directores de estos espacios son profesionales del mundo del arte (artistas, historiadores del arte,…) que saben discernir y apostar por trabajos de interés. Casa Sostoa en Málaga es un buen ejemplo de ello, de hecho fue el peculiar domicilio de Pedro Alarcón el que encendió la mecha de Espacio Olvera. Un efecto dominó que también cabría analizar detenidamente.
La apuesta de Espacio Olvera es arriesgada a la par que inteligente, pues ha fichado a artistas más consolidados como María Bueno o Nuno Sousa y a jóvenes creadores andaluces como Virginia Bersabé o Arturo Comas. De este modo, el espacio posibilita, no solo la inserción al mercado de estos artistas nóveles, sino también el crecimiento profesional junto a creadores de nivel.
El cordobés Eugenio Rivas (1982) ha inaugurado el espacio con Democracy, un trabajo que pretende hacernos reflexionar sobre el declive de los gobiernos modernos y del sistema democrático. La obra de Eugenio es tremendamente metafórica porque todas sus piezas hablan, o mejor aún, construye una realidad que se expresa a través de otra. De esta manera, el artista representa la Democracia como un gran helado de fresa que comienza a derretirse (Maybe Late for Salvation, Ice Cream VI, 2016). La materia blanda y rosa se adueña del lienzo conectando con otras imágenes e ideas como, por ejemplo, lo visceral. Y ésta es una buena metáfora, porque efectivamente, la construcción de los gobiernos modernos, las democracias y repúblicas europeas, nacidas su mayoría en la segunda mitad del siglo XX, se mostraban como sistemas libertarios e igualitarios, generadores de “dulces” anhelos y esperanzas. La corrupción política, la abusiva vinculación de los gobiernos con entidades financieras, y por supuesto, la crisis económica, entre otros motivos, han provocado el gran deshielo de ese “helado” que hoy día hace aguas por todas partes.
La figura animal ha tenido siempre cierto protagonismo en las piezas de Eugenio. La incapacidad animal para proyectarse a sí mismos en el futuro los convierte en auténticos seres del presente, del aquí y el ahora. El artista ha querido incorporar, de manera más o menos oportuna, la temática animal al discurso del proyecto. Más que “criaturas del hoy”, la fuerza metafórica de la exposición nos conduce a otros parámetros interpretativos, por ello deducimos que la lucha de perros representada en Maybe late for salvation Dogs (2016) es la viva imagen de la competición capitalista, en la que perder la vida no importa, solo ganar. Pero, sin duda, una pieza clave de esta exposición es Democracy in Balance (2016), una escultura de hormigón que representa a un perro en equilibrio sobre una escalera de madera. La Democracia a punto de desplomarse, concentrándose en sí misma, en su propio equilibrio para no caer al suelo y convertirse en añicos. ¿Habla el artista de la Democracia o de nosotros mismos haciendo frente a esta crisis en un continuo equilibrio inestable?
Eugenio Rivas se define a sí mismo como escultor, y efectivamente lo es, pues incluso en su pintura destaca ese amor por el volumen, por el tratamiento de las texturas… Esa raigambre escultórica le permite brillar, por tanto, en la creación de bodegones contemporáneos que conectan con la tradición barroca: lo curvilíneo, el Horror Vacui, el interés por el detalle,… Quizás, más desacertada sea su intención de generar un garabato gestual sobre dichos temas, una estrategia que el artista emplea para hablar del “ahora” y que no resulta muy veraz. El «ahora» está en la crema helada derritiéndose, en ese caldo dulce que nadie quiere tomar.
Oscar y Rubén han acertado en la elección de su primera exposición ya que el trabajo de Rivas combina temática crítica, cuidado estético y talento técnico. Cuando un proyecto del calibre de Espacio Olvera es iniciado por personas que conocen bien el medio artístico, que se mueven en sus círculos y que además, demuestran inteligencia en sus estrategias de marketing, solo cabe aplaudir su valentía y desearles una larga vida.
Artista: Eugenio Rivas
Fechas: Hasta el 22 de octubre de 2016
Lugar: Espacio Olvera, Sevilla
Imágenes:
1- Espacio Olvera – Habitación del artista
2- Eugenio Rivas -Maybe Late for Salvation, Ice Cream VI (2016)
3-Eugenio Rivas – Democracy in Balance (2016)