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Entrevista a Carlos Aires

Carlos Aires, poco a poco, ha ido ganando presencia en la escena internacional hasta convertirse en uno de los artistas españoles con más proyección en el mercado del arte contemporáneo. Su trabajo no deja indiferente a nadie y ha montado más de un revuelo… y ¡NOS ENCANTA! Nacido en Ronda (Málaga) en 1974 y licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada, su obra está presente en las colecciones del Artium, Caja Madrid, CAC de Sevilla,  la Colección Spac de Bélgica… Ha sido un placer poder entrevistarlo.

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PAC -¿Cuándo te surge la necesidad de dedicarte al arte?

CA –Me parece imposible contestar esta pregunta. No hubo comienzo con fecha concreta. Mi dedicación al arte es el conjunto de muchos factores, algunos más racionales y otros incomprensibles incluso para mí. He tenido la suerte de haber nacido en una familia donde tuve libertad de estudiar y desarrollar lo que me gustaba. Igualmente he tenido un padre enamorado completamente de su trabajo y esto ha dejado una fuerte marca en mi y mis hermanos. Vivimos en una sociedad donde muy poca gente trabaja o intenta trabajar en algo que le gusta y no entiendo muy bien por qué. Este barco, como cualquier otro, se puede hundir o chocar contra un iceberg en cualquier momento pero mientras tanto, aquí estamos navegando. Esto es lo más importante, independientemente del puerto al que lleguemos o el mar donde nos hundamos. Se nadar, por lo que pueda pasar.

PAC -Después de 14 años en el extranjero has vuelto a España hace poco más de un año. ¿Te gusta la vida en Madrid? ¿Cómo encuentras el sistema artístico español?

CA –Me encanta vivir en Madrid. Nunca antes había vivido aquí pero la ciudad tiene mucho que ofrecer. Para mí, vivir en Madrid está relacionado con volver a España, reencontrándome con unos códigos y un modo de vivir que reconozco. Es cierto que se ha convertido en una ciudad muy dura, donde los mínimos para vivir son muy costosos. Yo he tenido suerte al encontrar un buen taller de trabajo pero me ha sorprendido mucho la escasa –o casi nula- existencia de infraestructuras que ayuden a los artistas a tener talleres.

El gran problema del sistema artístico español es que no existe un sistema como tal, todo está muy dividido. Cuando estudié en Estados Unidos, me sorprendió mucho lo conscientes que son todas las personas relacionadas con el arte de la necesidad y desarrollo de una “comunidad artística”. Esta funciona como un colectivo que defiende y protege un bien común, independientemente de los intereses e ideales individuales. Aquí el panorama artístico es muy endogámico donde «las familias» son muy cerradas, el “colegeo” es más común que la profesionalidad y el “mestizaje” es casi inexistente. Todo está muy politizado en relación a las instituciones y esto es un gran freno para todos.

Igualmente el sistema universitario de las facultades de Bellas Artes es vergonzoso, retroalimentándose constantemente y parece imposible de cambiar, provocando deformaciones de raíz. En la mayoría de las Academias europeas hay que tener una carrera como artista para dar clases porque se supone que tienes experiencia con la realidad de lo que es ser artista  pero en España es todo lo contrario: tienes que coleccionar títulos, diplomas y publicaciones que son puros trámites burocráticos que frenan el desarrollo artístico personal.  Este mismo tipo de situaciones absurdas se extiende a otras estructuras artísticas del mapa español y creo que ya va siendo hora de cortar con tantos hilos del pasado y realizar una renovación de la que todos vamos a salir beneficiados.

El principal problema español es la falta de diálogo entre las personas que trabajamos en el campo artístico. Yo espero que en un futuro sea más fluido, sin prejuicios, independientemente de intereses económicos y políticos.

PAC -En tu producción artística utilizas fotografía, escultura, instalación… pero con que técnica te sientes más cómodo.

CA –Lo importante son las ideas, se sirvan en un plato hondo o de postre. Indudablemente el desarrollo de las ideas va junto al material, como dos piezas que encajan. El material es un simple mediador sin dejar de ser importante. Creo que es muy similar a la cocina, donde eliges los ingredientes dependiendo del plato que quieres hacer y a veces es al revés o vienen a tu mente juntos. No tengo miedo a usar diferentes materiales aunque a veces complica mucho el proceso de realización porque cuando parece que ya controlas un material saltas a otro. No tengo un proceso matemático ni una receta pero es cierto que todo nace a partir de obsesiones y observación.  Recuerdo cuando estaba haciendo las fotos de los enanos toreros (El Bombero Torero) porque de repente sólo veía enanos donde quiera que fuese pero eso explica bastante del proceso creativo: tu mente está ocupada con un pensamiento que condiciona tu manera de percibir la realidad.

PAC -Tú repertorio visual se nutre desde hace años de la iconografía de lo ibérico: toros, la Semana Santa, el flamenco, cuchillos… ¿De dónde nacen estos signos? ¿Tal vez de una añoranza de lo patrio por tu lejanía durante tantos años de España?

CA –Haber estado mucho tiempo en el extranjero tiene mucho que ver con el uso de esta iconografía pero no por añoranza de lo patrio. La distancia me ha dado la perspectiva para darme cuenta de que España está llena de tradiciones increíbles que se han mantenido vivas por el aislamiento que supuso la dictadura franquista. Cuando uno está muy cerca de esta iconografía es muy difícil analizarla. A pesar de mi gusto por toda esta estética no soy nada nacionalista ni patriótico. Eso es lo bueno que tiene vivir muchos años fuera de tu país natal: aunque las raíces te mantengan arraigado a tu pasado, mis ramas han crecido gracias a otras lluvias extranjeras.

No es muy complicado dar un paso atrás y darse cuenta de que una procesión de Semana Santa es totalmente surrealista, donde alguien se puede desmayar o llorar frente la misma escultura de madera que ve casi todos los años. Precisamente es este tipo de contradicciones las que más me interesan, porque son contradicciones que encuentro en mi mismo.

PAC -¿Cuál es el proceso que siguen estos símbolos para terminar mezclando folclore, drama, violencia y religión con una dosis de humos e ironía?

CA –Esta mezcla está ya bastante patente en estos símbolos, sin que yo tenga que hacer ningún cocktail. Cuando fui a ver una corrida del Bombero Torero, el público reía y mi reacción fue totalmente la contraría. En España el drama y el humor caminan juntos: la línea divisoria es muy delgada. Me viene a la mente la foto de Cristina García Rodero donde aparecen un grupo de personas tomándose unas cervezas y un ataúd de un niño encima de unas cajas de coca cola. Lorca, Buñuel, Goya son buenos ejemplos de esta mezcla. Supongo que me siento muy cercano a este melodrama. Esta mezcla y encuentro de opuestos forma parte de nuestra cotidianeidad.

PAC -La música es una tema importante en tu obra como vemos en las series ‘Pena, penita, pena’ o ‘Love is in the air’.

CA –Sí, la música está muy presente en las obras que he realizado los últimos años. Todos tenemos una banda sonora de nuestras vidas: como ciertas canciones forman parte de nuestros recuerdos, como una canción nos puede hacer llorar, reír o recordar una persona o un momento de nuestras vidas.  Me interesa esa universalidad de la música.

Independientemente de mi atracción por la música hay un factor autobiográfico importante:  mis padres tienen una empresa de sonido profesional en Ronda, especializada en sonorizaciones de conciertos, equipo profesional para discotecas o equipos de coche, tuneado incluido. Mi primer trabajo fue de técnico de sonido y DJ en la costa del sol.

Al aprender inglés con cierta soltura, me ha sorprendido entender las letras de muchas canciones que me sabía de memoria desde pequeño, sonidos que no tenían ningún significado, descubriendo grandes letras como “my way”, “I´ve got you under my skin”, “Have a walk in the wild side”…. Igualmente pasa con muchas canciones de coplas o boleros, que son pequeñas películas son historias maravillosas. ¿Quién no tiene el recuerdo de su abuela o madre cantando mientras cocinaba?

PAC -Al terminar 2011 tu trabajo habrá viajado por Singapur, Bolonia, Dubai, Bruselas o Viena. Hablamos de esta multiplicación de tu presencia internacional.

CA –Yo no te podría decir porque me han salido ciertos proyectos fuera de España pero quizás sean fruto de trabajar mucho y quizás mi obra provoqué más interés fuera de España que en mi país natal. Sinceramente no lo se.

Estoy contento de poder seguir trabajando sea donde sea, sobre todo ahora que pasamos por un momento bastante complejo y la crisis ralentiza todo. Actualmente hay que ser un loco (en el mejor sentido de la palabra) para decidir ser artista (mucho más en España) pero te aseguro que no hay mejor trabajo que este. También soy consciente de que puedes tener un buen momento como una caída al día siguiente.

PAC -Tienes un proyecto muy importante entre manos para principios de 2012 en la CAC de Málaga, puedes adelantarnos algo de esta exposición en primicia.

CA –El proyecto que preparo para el CAC Málaga se titula «Es Pain» (es dolor). El proyecto es muy ibérico y bastante visceral donde vuelvo a los toros y la imaginería católica pero de un modo mucho más poético y personal. Es una buena oportunidad para articular un proyecto completo porque el espacio es muy bueno y el museo tiene una programación increíble. Estoy intentando encontrar apoyo económico para poder materializarlo.

PAC -¿Qué otros proyectos guardas en la recámara para el futuro?

CA –Ahora estoy muy concentrado preparando una exposición individual que presento en septiembre en la galería belga Aeroplastics y la del CAC de Málaga.

En unas semanas me voy a Basilea, donde participo en Volta con la galería ADN y presento una colaboración que me ha propuesto la directora de la feria, consistente en una edición que cada año realiza un artista. También participo con una instalación en The Solo Project, con la galería Mario Mauroner, de Austria.

A comienzos del 2012  participo en un proyecto alucinante en el Palacio Imperial del Belvedere de Viena sobre el «oro» con obras de grandes artistas como Annish Kapoor, Joseph Beuys, Damien Hirst, Janis Kounellis o Gustav Klimt. La escultura que presentaré es una interpretación del San Martín de Porras (fray Escoba).

PAC -Según tu opinión, ¿para qué sirve el arte?

CA –El arte no sirve a nada ni a nadie, es un rebelde que hace más placentero este camino de baldosas amarillas.

Gracias por sacar un hueco de tu apretada agenda para atendernos.
SUERTE!

Etiquetas: Last modified: 8 noviembre, 2022