El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga acoge la exposición «Relatos del alma» de la artista Danielle van Zadelhoff. En la muestra se podrán ver 55 piezas de la artista, principalmente de temática religiosa, en las que no solo representa personajes bíblicos, sino que Danielle retrata los sentimientos de los mismos.
Los retratos de Danielle van Zadelhoff están marcados por la inspiración y el misticismo. Recuerdan a los retratos flamencos al óleo del s. XVII. El gran entendimiento del dilema de la humanidad es capturado por las cámaras y presentado por la fotógrafa. Danielle quiere mostrar las emociones de los humanos. Para ella, el arte es algo tan habitual y normal como el respirar, algo que puede parecer simple a primera instancia, pero que realmente si reparamos en todo lo necesario para respirar, además del aire, los músculos y órganos que toman parte, caemos en la cuenta en que es un hecho nada sencillo. Su fotografía es sencilla y compleja a la vez, y sus modelos no usan apenas maquillaje ni ella utiliza Photoshop para el retoque de los mismos.
Danielle retrata su personalidad, su forma de ser, sus preocupaciones y sus obsesiones. Su trabajo tiene una cualidad autobiográfica verdaderamente excepcional, tienen mucha importancia tanto el modelo como la idea de un autorretrato a través de un modelo distinto al autor. Prepara los vestidos y los peinados con la pretensión de distanciar el momento temporal del retratado. Trabaja de una manera muy instintiva, se fija en una persona que le dé buena sensación y después, intenta captar su espíritu.
En Paradise 1 y Paradise 2, 2016, Danielle trata la pérdida de la inocencia. Este hecho era una verdadera tentación en la sociedad del pasado, pero nuestra sociedad hoy día es mucho más compleja, tenemos pequeñas señales de identidad en nuestra piel, como los tatuajes o los piercings, que hacen que estemos en continuo contacto con otras personas, y que la tentación y seducción sea algo muy habitual. Danielle trata la seducción desde la complejidad de las relaciones, en estas dos obras pendant (que representan el mismo tema pero difieren en tamaño). Parece que Eva le dé la espalda a Adan, y este se tapa sus partes íntimas, pero no sin antes ofrecerle a Eva una fruta, por lo que en esta ocasión es “el tentador”, no la víctima, el causante de tentar a la mujer.
En las otras obras pendant, Danielle hace una crítica a la iglesia, pues en Believe 1 y Believe 2, 2014, uno de los personajes, perfectamente ataviado, da la espalda al espectador. Es como si la sociedad de hoy día sintiera que así es como actúa la Iglesia. Con ropas ya anticuadas, la Iglesia da la espalda a los problemas reales y contemporáneos como los abusos a niños, el abuso de poder o el amor entre personas del mismo sexo.
En Lea and Rachel, 2016, dos mujeres semidesnudas parecen estar sentadas en actitud descansada. Una de ellas ofrece su rostro a los espectadores con sus ojos cerrados, la otra, de espaldas parece avergonzarse. En su camino, según el Génesis,1 Jacob se encuentra a su prima pequeña Raquel en el pozo y decide casarse con ella. Para ello, hace un trato con su tío Labán, mediante el cual se casará con la joven a cambio de siete años de servicio. Pero, en último momento, Labán engaña a su sobrino y le casa con su prima mayor Lea, la primogénita. Una vez celebrada la boda, Labán, tío y suegro a la vez de Jacob, ofreció a éste la pequeña Raquel (representada también en escultura por Miguel Ángel) a cambio de siete años más, algo que aceptó. Jacob accedió al engaño de su tío, ofreciéndose a trabajar siete años más para conseguir casarse con Raquel. Lea fue la primera esposa de Jacob, madre de seis de los hijos de éste, a los que se atribuye el origen de seis de las doce tribus de Israel, y de su única hija, Dina. Danielle dedicará una fotografía a este personaje: Duna, 2016.
También es tratado el tema de la desnudez en Magdalena, 2017, justificada esta misma debido a su cercanía a Jesús, a quien se le consideraba “igual a los apóstoles”, muy pecadora, podría haberse dedicado a la prostitución, aunque la Iglesia católica no lo afirme. Una mujer cierra sus ojos y deja caer un sensual mechón de pelo moreno sobre su pecho desnudo.
Forman parte de la exposición dos magdalenas, teniendo en cuenta que la obra favorita de la artista es The Madonna, 1450 de Jean Fouquet. La Virgen de Melun o Virgen con el Niño y ángeles forma parte de un díptico, cuya tabla derecha del díptico es la Virgen con el Niño que se conserva en Amberes (ciudad en la que actualmente vive la fotógrafa). En las madonas de Danielle, Madonna, 2014 y Madonna with child, 2015, se aprecian dos mujeres totalmente diferentes, por un lado una María ataviada con una toquilla blanca y transparente en la que una perla marca el centro de su frente. En la otra obra, la vemos en su faceta más humana, como madre de Jesucristo, serena, consciente del peso de criar y educar al futuro salvador, se muestra como una mujer fuerte.
Otra obra relacionada con la religión es la curiosa From the Vesper serie with Neri Oxman and Stratasys, 2016. La niña porta es sus manos una máscara Lázaro, que recibe su nombre de Lázaro de Betania, personaje bíblico del Nuevo Testamento, hermano de María y Marta de Betania, que vivió en Betania, un pueblo a las afueras de Jerusalén. En su casa se alojó Jesús al menos en tres ocasiones y, según el Evangelio de Juan, fue resucitado por Jesús. A partir de esta historia, su nombre es utilizado frecuentemente como sinónimo de resurrección (de ahí que dé nombre a esta máscara). Lazarus es una máscara diseñada para contener el último aliento de las personas. Antiguamente hecha de un solo material, como cera o yeso, la máscara mortuoria se realizaba como medio para moldear el rostro de una persona, era la forma de mantener vivo el recuerdo del difunto. La superficie de la máscara es modelada tras el fallecimiento de la persona y su composición material está formada por el flujo físico de aire y su distribución a través de la superficie.
Ya no directamente un personaje bíblico, sino una vanitas, también es representada por Danielle en Vanitas, 2015. Este término latino que puede traducirse por vanidad, no en el sentido de soberbia u orgullo, sino en el sentido de vacuidad, insignificancia. En el sentido artístico designa una categoría particular de bodegón de alto valor simbólico, un género muy practicado en la época barroca, particularmente en los Países Bajos. El significado es la ineficacia de los placeres mundanos frente a la certeza de la muerte, animando a la adopción de un sombrío punto de vista sobre el mundo. En la obra de Danielle se aprecia un hombre sentado, en situación afligida, con una calavera, otro de los símbolos clave en el Barroco, que parece pensar en el lema “tempus fugit”, el tiempo huye, el tiempo se escapa, el tiempo vuela.
Además, Danielle van Zadelhoff realiza una serie de retratos de los sentimientos. Sus personajes nos exponen, bien con sus gestos o sus posturas, las diferentes emociones que la fotógrafa ha querido retratar. El rostro humano es capaz de expresar una inmensa gama de emociones y sentimientos mediante diminutas acciones musculares, la mayoría de las cuales son involuntarias y corresponden a emociones efímeras. Hasta las emociones extremas de júbilo, ira o dolor, se expresan espontáneamente, y es muy difícil fingirlas de modo convincente. Los pintores académicos del s. XIX habían aprendido a observar los efectos de la luz sobre rostros vaciados en yeso, por lo que era habitual entre ellos pintar los modelos vivos partiendo de ideas preconcebidas sobre la luz. Quizá en muchos casos el convencionalismo pictórico pasará desapercibido, pero cuando el artista intentaba un retrato al exterior aparecían a menudo discrepancias entre las convenciones de la iluminación de la cara y el efecto aparentemente natural de la luz sobre el paisaje. La percepción del rostro humano en la vida diaria implica a menudo muchas fuentes de luz simultáneas. De igual modo, el retratista puede enfrentarse a un motivo iluminado desde múltiples puntos. Ello producirá una plétora de sombras proyectadas y tal vez complique la representación de los volúmenes en determinados rostros.
Para Danielle, el huevo es el origen de la vida. En Fragility, 2016, la primera foto de una serie, la modelo está tratando de proteger el huevo, y en la segunda fotografía está tomando distancia de él. Por fin, la tercera imagen muestra que el huevo está roto. De esta manera, Danielle, quiere mostrar que en este mundo no se puede proteger nada, no se puede evitar que sucedan las cosas, como es inevitable perder a los seres queridos. Todos necesitamos aprender el difícil arte de dejar ir las cosas.
En Desire, 2016, la modelo tuerce su cara, pero deja ver sensualmente su pecho, es el deseo representado en esta mujer. La misma modelo, en Distrust, 2017, aparece con la cabeza inclinada y enseñando un pecho, muestra su desconfianza, parece vestirse al sentirse incómoda, el espectador la intimida. En Secret, 2016, una chica pelirroja mira al espectador desafiante, sin miedo, haciendo que nos cuestionemos por la seguridad de su mirada, si es ella la que guarda un secreto, o si, por su mirada acusatoria, somos nosotros. En Furious, 2016 un hombre tensa sus facciones y la luz casi deja visible solo una parte de su cara, suficiente para advertir su rostro enfadado. Lleva un pañuelo en la cabeza, a modo de turbante, elemento que utilizará también en Flower, 2014, Mystery, 2014, Red Turban, 2015, Precious Silence, 2015 o Blue Turban, 2015. Estas obras guardan una estrecha relación con Retrato de hombre con turbante, 1433 de Jan van Eyck. Las ambiciones y logros de este artista bien podrían quedar resumidas en estas palabras escritas con letras semigriegas en el marco de esta obra “Als ich can: como puedo, pero no como querría”.
Otros ejemplos de obras que representan sentimientos mediante un objeto que se debe desvelar es Buttons, 2014, en el que una mujer trata de cerrar los botones de su vestido, pero no tiene a nadie a su lado que la ayude, es la soledad.
Otra forma de retratar la personalidad del modelo es su espalda, como en las pinturas del artista belga Michaël Borremans en las obras que se expusieron en el CAC Málaga en la exposición titulada Fixture en 2015 Ejemplo de ello son: Unicorn, 2010, Automat (I), 2008 y The Loan, 2011. Danielle también recurre a la espalda de la mujer para representar su personalidad en Intimacy, 2016; Female, 2016; Alone in confidence, 2016; Yearing, 2015 o Young virgins, 2015.
Para Danielle, el uso del retrato y la escena es una disculpa para explorarse a sí misma, para filtrar sus opiniones y sus dudas, sus deseos y sus aspiraciones, lo que hace que sea la misma artista quien se autorretrate en cada una de esas escenas. Recuerda vagamente al transformismo de Cindy Sherman que se convierte en su propio alter ego, a la manera duchampiana de Rrose Sélavy. El origen de su teoría artística se acerca más al de la artista Louise Bourgeois que impregna con sus preocupaciones, inquietudes, ideas, sentimientos y deseos cada una de sus esculturas. De ahí que la temática principal de Relatos del alma sea la mujer, mujeres del pasado, y las preocupaciones de la mujer del presente, de la propia artista. En Bird, 2016, las mujeres han de ser más agresivas para sobrevivir en la sociedad contemporánea. Entre las inquietudes de la artista, está sin duda el rol de la mujer en la sociedad contemporánea. Esta reclama una posición más orgullosa de la mujer, una actitud y un compromiso más provocativo. En esta obra, la mujer adopta esa actitud desafiante como fórmula para enfrentarse a los límites y trabas que encuentra en la sociedad y las estructuras actuales que se le imponen. Es la rebelión de la mujer.
Fechas: Hasta el 15 de octubre de 2017
Lugar: CAC, Málaga