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Fina Miralles

Escrito por: Barcelona Centros de arte Exposiciones

Fina Miralles. Desde más allá del tiempo

La exposición Desde más allá del tiempo de Fina Miralles, comisariada por Maia Creus y Maria Lluïsa Faxedas, profundiza en el diálogo entre la escritura y la obra visual de la artista realizada entre 1984 y 1996, y hace aflorar lo que los ojos no ven y que ella nos hace percibir. La tierra, la naturaleza y la vida son los elementos esenciales de su obra. Les ha dedicado vídeos, acciones, instalaciones, dibujos, pinturas y palabras, que se recogen en los cuatro volúmenes de sus escritos bajo el título Fina Miralles. Palabras fértiles 1972-2017 donde se pone de relieve esta profunda relación.

Fina Miralles, Dimecres a les 10, 1987. Óleo sobre tela. Fotografía de Xavi Padrós

En este universo visual, el blanco del papel y de la tela dejan de ser un soporte expresivo para convertirse en un espacio vivo donde fluyen las formas del viento, los movimientos del agua, los ritmos de la energía y otras muchas imágenes simbólicas. La línea es el alma de estas obras, mientras que la estructura compositiva plasma una visión circular en un movimiento cuerpo mogónico en el que todo está relacionado con todo.

Entre las obras encontramos paisajes que configuran una visión cosmocéntrica del mundo y dibujan la belleza de un universo de analogías en el que la tierra, la atmósfera, el cielo, el firmamento y los humanos se convierten en órbitas de energía en relación . En paralelo al paisaje, la figura atraviesa todo el corpus pictórico de Fina Miralles, con imágenes que remiten al pasado indígena común a todos los seres humanos, la presencia de la madre biológica o el árbol cósmico y los seres de agua; también encontramos una galería de espíritus mitológicos que convocan desde la ancestral potencia del tótem hasta el espíritu del bosque, del día y la noche, o dan imagen a la floración del reino vegetal.

La obra de Miralles rompe con las propuestas academicistas que se enseñaban en las escuelas de arte de la época y con las formas de comportamiento establecidas. El viaje que realizó a finales de 1983 a América del Sur, supuso un punto de inflexión transformador de su vida y de su arte; fusionada con la inmensidad de una naturaleza intocada y con la mediación de la ancestral cultura inca, aprendió a silenciar la vida de la mente para escuchar la voz interior.

“Este es el origen de un universo pictórico singular que la artista despliega reinterpretando una serie de motivos clásicos del arte como la naturaleza y el paisaje, el universo del mar, retratos y miradas, el mundo de las flores y una serie de seres mitológicos que, llegando desde más allá del tiempo, toman forma y nombre en sus telas y papeles. Con este cambio Fina Miralles quiso, de forma consciente, seguir siendo una artista contemporánea pero no adscrita a ninguna escuela, y se situó fuera del tiempo de la historia del arte”, apuntan las comisarias.

Fina Miralles. Els ocells perden les plomes quan arriben al sol_estiu,1986. Óleo y lápiz sobre tela. Fotografía de Toni Peñarroya.

Esta exposición es la primera gran presentación de este conjunto de obras que se presentan a partir de afinidades visuales, temáticas y simbólicas, poniendo en relación piezas sobre diversos soportes y creadas en diferentes momentos. Tal y como dicen las comisarias Maia Creus y Maria Lluïsa Faxedas: “Nuestra guía a la hora de acercarnos a estas obras han sido las palabras de la misma artista, recogidas en el libro Fina Miralles. Palabras fértiles 1972-2017. La lectura de sus escritos evidencia que en la práctica creativa de Fina Miralles palabra, dibujo y pintura son tres universos en íntima relación que se alimentan mutuamente. Por eso, y teniendo siempre presente esta relación indisociable, el recorrido expositivo se articula a partir de una elección de sus palabras”.

Tal y como evidencia su publicación, en su itinerario creativo, palabra, dibujo y pintura son tres universos en íntima relación, tres órbitas de energía que se alimentan entre sí que nos muestran que todo está conectado: la vida visible y la invisible, la vida material y la vida espiritual, el pensamiento racional y la inteligencia intuitiva, el tiempo de la historia y la atemporalidad del mito. Por este motivo, el recorrido expositivo se articula en torno a sus palabras, que se entrecruzan con las imágenes para abrir un mundo de significados que va mucho más allá.

“El universo visual de Fina Miralles se manifiesta sobre lienzo y sobre papel en un proceso de diálogo: cada obra sobre lienzo parte de dibujos anteriores que podríamos llamar, preparatorios. Es cierto que estos dibujos no siempre son iguales que la tela final, ni la autora los tiene ante sí, necesariamente, cuando empieza a pintar; pero sí que los tiene en su interior, los ha vivido y, por tanto, el paso del dibujo a la tela es como una especie de flujo que en ella se produce fácilmente. Ante la tela blanca, sin bastidor y clavada en la pared, Miralles inicia una especie de ritual que consiste en mirar el blanco fijamente y dejar de pensar, hasta que pierde la medida del tiempo exterior y entra en el espacio de la tela; entonces aparecen las primeras líneas, hechas con carboncillo, dentro del blanco, y su visión íntima se va haciendo presente”, explican las comisarias.

Como puede verse en su obra, Miralles no es pintora de formas y superficies, sino de líneas. Esta línea dibujada la podemos visualizar como un camino interior en el espacio, que le permite, en palabras de Fina, “intensificar lo visible para adentrarse en lo invisible”. Todos estos trazos sobre blanco generan una serie de imágenes simbólicas que se agrupan en torno a algunos motivos clave que configuran su cosmogonía. La naturaleza es sin duda el tema predominante y el paisaje representa un capítulo muy importante.

Fina Miralles. Posta, 1995. Óleo sobre tela. Fotografía de Xavi Padrós.

“Pocas veces pinta al natural, por no decir nunca”, explican las comisarias, aunque sus paisajes remiten a lugares concretos: Urubamba, Cadaqués, París, Agramunt, Formentera… lo que le interesa es interiorizar estos paisajes.

Son paisajes vividos, sentidos e imaginados y lo que pretende el artista es reducir el motivo esencial mediante un proceso de progresiva síntesis y depuración como es el caso de la obra Suites de París, 1987-88, de la que se presenta una selección y donde se aprecia una mínima expresión visual. En el contexto de su vínculo con la naturaleza, el árbol y las flores constituyen un espacio visual y espiritual fundamental. La importancia del árbol en el conjunto junto a su trayectoria artística, ya desde su etapa conceptual, ha sido ampliamente reconocida y estudiada, como también lo ha sido el motivo del árbol cósmico en su escritura y los sus dibujos.

La exposición cierra con el ciclo de obras Memorial, realizado en 1996, una serie de dieciséis pinturas sobre lienzo de diferentes tamaños que recoge lo más esencial de su imaginario y que el artista define como “un viaje de la luz hacia la luz”. Con estas telas Fina Miralles da por cerrado el círculo entre vida y arte que inició en 1973.

“El nombre de Memorial que recibe este conjunto de obras remite a que, para ella, representa la memoria del paso de los humanos por la Tierra, a la vez que es una serie en la que pasado, presente y futuro se anulan mutuamente: lo que cuenta, pues, es el regreso a una especie de centro, a una unidad perdida que en algún momento dejamos atrás, pero todavía podemos reencontrar. Fina Miralles no sabía, cuando la empezó, que Memorial iba a ser su última obra; pero al realizarla, se dio cuenta de que de alguna forma había llegado al final de un proceso artístico, personal y humano”, apuntan las comisarias.


Fechas: Hasta el 14 de enero de 2024
Lugar: Espais Volart, Barcelona

Etiquetas: , , Última modificación: 8 noviembre, 2023