En esta nueva entrega de la sección Detector de Artistas nos acercamos al trabajo de Susana Cruz. Hablamos con ella sobre su percepción del arte, los conceptos que marcan su trabajo y sus próximos proyectos.
Una de las primeras cosas que me gusta preguntar al acercarme al trabajo de un artista es sobre su concepción del arte. En tu caso, ¿qué significa el arte para ti?
“La pintura me hace poder expresarme y sumergirme en mi mundo. He llegado a llorar pintando y la mayoría de las veces se me eriza la piel cuando escucho de fondo buena música mientras me dejo llevar por el óleo.”
Susana Cruz
Mis óleos están íntimamente ligados a mis sentimientos, susurran mis vivencias. El arte para mí es frenar, disfrutar del proceso, escapar del mundo de la inmediatez y estar en el presente disfrutando cada pincelada. De reflejar lo bueno y soltar lo malo, dándole un enfoque bello.
Me gusta dar esa dosis de optimismo, que el espectador vea en mi obra situaciones que le hagan reflexionar acerca de la pasión y la tranquilidad de la vida. Que vea en ella una ventana en la cual, al igual que yo he reflejado mediante esculturas o mujeres mi historia, él vea la suya y sonría por dentro al recordarla.
El arte es un lenguaje precioso que una vez lo descubres ya no lo puedes dejar.
¿Cómo fueron tus inicios como artista? Háblanos sobre tu trayectoria.
Soy Susana Cruz, nací en Madrid el 21 de octubre de 1992. Estudié en la Universidad Politécnica de Madrid Ingeniería de Materiales y posteriormente un Máster en Consultoría de Negocio.
Desde siempre he pintado, no recuerdo cuando empecé, pero si cómo. Empecé con lápiz y bolis de colores en casa, en el colegio, siempre que podía. Luego me pasé al carboncillo, técnica que estuve practicando durante muchísimos años, experimentando sola. Tuve pinceladas de acuarela y acrílico, pero fueros dos técnicas que a pesar de encantarme visualmente no me llenaban.
En la primera comunión me regalaron un maletín de óleo y un caballete. Ahí fue cuando me enamoré del óleo, eso sí, siempre compaginándolo con el carboncillo.
Ensayaba en mis ratos después del colegio. Mis padres al ver esa ilusión me apuntaron a clases de pintura los viernes por la tarde. Cambiaba el típico día de fiestas con los compañeros de clase por ratos pintando. Estuve unos años disfrutando del arte, las risas y el ambiente de la clase: una profesora de lo más única, un perrito sin una pierna y 4 chicas increíbles, cada una con sus peculiaridades. No eran clases como uno se las imagina, simplemente pintábamos con buena música de fondo a nuestro aire, la profesora nos dejaba fluir a cada una.
A los 16 años dejé las clases por los estudios, la ESO, bachillerato y la universidad me hicieron disminuir muchísimo el tiempo que dedicaba a pintar, pasé incluso años sin tocar un pincel. Me fui de Erasmus a Italia y ahí retomé mi pasión por el arte, ese viaje me hizo revivir todo aquello que sentía cuando me ponía a crear. Había arte en cada recoveco de la ciudad y de aquí es de donde posteriormente rescataría mi gran fuente de inspiración.
Más tarde empecé a trabajar y me adentré en el bucle de la vida laboral y la velocidad de la sociedad. No paraba a pensar qué era lo que realmente me hacía sentir plena y sobre todo a ser yo misma. Ahora me doy cuenta de que estaba en “modo robot”. Así pasaron varios años hasta que dejé un trabajo por el estrés que me suponía el no sentirme fiel a mis pensamientos y hacer más de 10 horas de jornada laboral en una oficina.
A las pocas semanas llegó la pandemia y al no tener empleo tenía todo el tiempo del mundo para aquello que había abandonado años atrás: frenar, enfocarme y reflexionar. Tomarme la vida de una manera lenta, como si el tiempo no pasase. Abrí mi Instagram actual y empecé a compartir los pequeños dibujos que pintaba en papel. Pedí por internet un lienzo, bajé al trastero a rescatar mi maletín de pintura y el óleo me volvió a enganchar. En este momento fue cuando me di cuenta que no lo volvería a dejar.
Pasó la pandemia y era hora de volver a la realidad. Encontré trabajo y me independicé, lo compaginaba siempre con la pintura e hice de mi casa mi estudio de pintura, conviviendo en un mismo espacio de 30 metros vida personal, laboral y pasión por el arte.
Hasta los 27 años no expuse mi obra. Mis primeras exposiciones fueron a raíz de colaboraciones con diferentes restaurantes italianos de Madrid.
Más tarde en 2021 hice mi primera exposición en Galería Espacio Cómplices (Madrid) de la colección VEEMENZA. Título que elegí por su significado: “que tiene una fuerza impetuosa. Ardiente y lleno de pasión. Persona que obra de forma irreflexiva, dejándose llevar por los impulsos”.
A raíz de ello me surgió la oportunidad de participar en un evento “cena sensorial” en Galería Sara Caso (Madrid). Toda una experiencia. Vendaban los ojos a los comensales y mediante el menú, la música, sonidos y actores recreaban el ambiente de mi obra inspirada en El rapto de las sabinas para acabar quitándonos la venda y viendo la sala oscura y el cuadro iluminado.
La segunda colección EQUILIBRIO la expuse en 2023 en Espacio MAdos (Madrid). EQUILIBRIO es un relato mediante esculturas de mi vida durante un año, sin duda, aquí fue dónde salió de mi subconsciente toda aquella inspiración capturada en Italia.
Este mismo año participé en un evento impulsado por un grupo de artistas jóvenes de diferentes disciplinas en Artfter (Bilbao) en el cual conocí a gente increíble y con verdadera pasión por expresarse a través del arte.
Posteriormente participé en FESTIARTE (Marbella), representada por Galería Gaudí, galería con la que participé también en una exposición colectiva en Madrid.
El 2024 empezó con una exposición en el Hotel Akeah (Madrid) una experiencia preciosa en un lugar que a pesar de no dedicarse al arte lo impulsan con gran sensibilidad. Aquí presenté la primera obra de mi colección actual IL DUBBIO È BELLO. Colección que mediante mujeres expreso mis sentimientos y pensamientos más profundos.
Actualmente tengo obras expuestas de manera online de la mano de Juan del Toro en Antoarte, una plataforma creadora de eventos que fusionan el arte con las marcas de tendencia y las tiendas de alta decoración. Y de la mano de Pedro Luis Requena, Art Dealer, en ferias de arte y exposiciones colectivas en Madrid, así como, bajo su asesoría, estoy participando en Subastas Internacionales online, mediante la Casa de Subastas Setdart.
¿Qué temáticas están presentes en tu trabajo?
Comencé a definir mi estilo gracias a la etapa en la que viví en Italia. Las esculturas tomadas como modelo no las elegí al azar: despertaban en mí algo especial y conseguían que viera reflejado en ellas todo lo que quería transmitir. Un medio para liberar mis emociones. Y aunque todas narran historias de la mitología clásica tan preciosas como a la vez trágicas, en mis lienzos cobran un significado totalmente diferente… sin perder su esencia.
Actualmente, mi obra se inspira en la pintura del Barroco, y la pasión por el uso dramático del claroscuro, llevada a un terreno más personal con lo aprendido en mis obras anteriores sin abandonar esa personalidad que me caracteriza. Movimiento, telas, transparencias y rostros que reflejan la parte más humana y a la vez divina.
Mi obra se caracterizada por el uso del blanco, sombra tostada y negro; pincelada fina, calmada y suave, en contraste, con técnica a espátula muy marcada y de gran expresividad. Fusiono el fondo con la figura aportando a la obra dinamismo y libertad.
¿De tu trabajo qué pieza destacarías?
El sueño (óleo sobre lienzo, 180×150) de la colección EQUILIBRIO.
En el cuadro la niña muestra la inocencia ante la pintura, la felicidad de mancharse de óleo y disfrutar con el lienzo. Detrás, la mujer, ya adulta observando la imagen, recordando el por qué continúa día a día, acompañada de la escultura, quién ha hecho que descubra un mundo infinito de creaciones. El león vigila la escena serenamente, aportando una barrera de protección. Todos los personajes, con cierto aire barroco, se encuentran en mi mente, las distintas emociones que hacen que con tranquilidad y emoción empiece a crear.
Se trata de un óleo pintado a espátula en su totalidad el cual cierra la colección EQUILIBRIO, queriendo así reflejar la fuerza de mi recorrido hasta este momento de la mano de la pintura. Supuso un reto tanto por el tamaño, la composición triangular y los rostros a espátula.
¿Puedes adelantarnos algo de tus próximos proyectos?
Estoy planteando mi próxima colección de la cual aún no tengo el nombre, pero sí la idea. En ella quiero fusionar todo lo aprendido de las colecciones VEEMENZA y EQUILIBRIO del manejo con la espátula que aporta gran expresividad y fuerza con el efecto del pincel de IL DUBBIO É BELLO dando sensación de movimiento, sensibilidad y destacando las transparencias.
En cuanto a próximos proyectos tengo en mente encontrar nuevos lugares en los que exponer, vivir experiencias con mis obras y hacer colaboraciones con artistas de otras disciplinas que aún no puedo desvelar. Siempre aprovechando las oportunidades que veo que me pueden impulsar y sobre todo hacer disfrutar. Porque al fin y al cabo el arte es eso, dejarse llevar.
