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Héctor Onel Guevara

Escrito por: Exposiciones Galerías de arte Madrid Pintura

Oro, paño y carne, individual de Héctor Onel Guevara

Oro, paño y carne es una circunstancia dentro de una progresión de sucesos, una coincidencia espacio-temporal con un conjunto de obras cuya realidad material se transforma constantemente. Nos enfrentamos, no sólo ante la exclusividad de la experiencia única del hecho expositivo, sino ante la singularidad radical de la imagen que desaparece. La pintura adquiere una cualidad efímera en tanto cada pieza está destinada a cambiar su apariencia una vez acabe la muestra.

Crisofobia, 2024

La producción que hasta el momento ha desarrollado el artista visual Héctor Onel Guevara se caracteriza por la ruptura deliberada con el aura de permanencia de la pintura. Su propuesta reposa sobre la solidez de una praxis a la que ha denominado la repintura. Esta consiste en el borrado de las escenas representadas y la superposición de nuevas imágenes: un acontecimiento íntimo entre el artista y su obra, donde debe desprenderse del vínculo con la imagen.

El proceso de borrado es una experiencia estética fascinante, que se siente violenta, irrespetuosa, subversiva, donde el concepto sacro de obra acabada padece la indisciplina de un gesto que nada tiene que ver con el objeto. El agua derramada sobre la tela, el sonido crujiente del cepillo sobre el pigmento, el paño chorreante de un cóctel de agua, jabón y restos de óleo que se desplaza por la superficie: son, en efecto, acciones de una situación disruptiva para una obra que minutos antes estuvo colgada en la pared, adecuada, normativa, con su belleza pasmosa.

De tal disputa, se producen efectos y relaciones pictóricas únicas. Resulta interesante, por ejemplo, cómo la superficie retrocede y se integra con la capa anterior; suceso que profundiza en la complejidad de la imagen, la cual ahora se antoja extraña, ambigua, “anormal”.

Washing tattoos, 2024

En su pasada exposición personal, Héctor enunció explícitamente su propuesta estético-conceptual con el título La repintura. Ahora, en el marco de la presente muestra, muchos de los lienzos que fueron exhibidos en La repintura forman parte de Oro, paño y carne; pero, pese a que muchas de las telas son las mismas, las obras ya son otras.

En Oro, paño y carne, por supuesto, continúa la repintura como movimiento común; con el conjunto propuesto bajo el título La abundancia de la carne se observan piezas que pertenecen a momentos tempranos de su carrera hasta otras que han sido terminadas en los últimos meses, todas con referencias diversas y en diferentes estados de la praxis: ya sea con su imagen inicial, con el efecto del borrado, o con cierta historia de escenas superpuestas. Así, este grupo funciona como una orquestación anárquica, donde la propuesta es la convivencia de diferentes temporalidades que verifican la naturaleza del proceso.

En el discurso de esta exposición no deja de estar presente el carácter pragmático que caracteriza a su trabajo, el cual dirige la atención hacia el proceso, a la acción, a la materia, al pigmento sobre el lienzo. Desde el título Oro, paño y carne, se advierte ese interés por lo ostensible, lo manifiesto en el medio pictórico; nada de discursos grandilocuentes que se distancian de la obra material. Su praxis es su discurso y sus obras son el testimonio del proceso. Las lecturas le pertenecen al espectador, y naturalmente el artista tiene las suyas; pero a su debate le atañen la representación, la ejecución de la pintura, la transformación de la realidad, la ficción. El discurso es otro lenguaje que se construye y varía en relación a sujetos y contextos.

Toda la pintura occidental despojada de dramaturgia y reducida a lo tangible, podría redundar en la presencia del oro, el paño y la carne. Tal propuesta, colmada de ironía, permite distinguir otras intenciones: la búsqueda individual en la tradición, el reclamo al pasado en forma de acceso transversal y dosificado al imaginario pictórico. Desde ese camino esbozado, Héctor asume la autoridad de seleccionar, apropiarse y descontextualizar según la efectividad de las imágenes. Entre el contrapunto de planos cenitales y planos cerrados, representa escenas que abordan la relación del cuerpo y su adorno -joyas, textiles, tatuajes- Pero, ante todo, nos ofrece el exceso, la imagen que se expande y se derrama -incluso literalmente, pues también trabaja los laterales de algunos lienzos-.

Armonía en dorado. Baño de oro, 2024

Menos es más, pero más es mucho más es una obra instalativa, donde el impulso por llegar a lo tridimensional que se advierte en las piezas de bordes anchos, los abalorios incrustados y el tratamiento del lienzo como objeto, finalmente se consuma con la cerámica. Como un gran manipulador y a sabiendas del artificio de la representación, Héctor es capaz de construir escenarios extraños y ambiguos que atraen la mirada e invitan a la contemplación.

En tanto proceso, -y al ser la obra el testimonio de la acción y no el fin último de su trabajo- su producción se desarrolla y fortalece en el terreno de la incertidumbre. ¿Cuáles son los límites de la repintura? o mejor ¿cuánto más pueden crecer sus posibilidades? son preguntas que acompañan su desarrollo. En cualquier caso, su propuesta de desafío del medio pictórico desde la propia praxis, ya ha sido declarada.

Eva del Llano Rodríguez


Curada por Eva del Llano
Fechas: Hasta el 12 de octubre de 2024
Lugar: Plusartis (C. San Lorenzo 3, centro, 28004), Madrid

Etiquetas: , Última modificación: 7 octubre, 2024