Javier Ayarza (Palencia, 1961). Vive y trabaja en Palencia. Especialista en Historia y estética del Cine (1993) y licenciado en Geografía e Historia (especialidad en Arqueología) por la Universidad de Valladolid (1997). Fotografía. Fotografía documental. Sus trabajos revisan las relaciones entre acontecimiento, historia, memoria e imagen, tratando de restituir y actualizar la importancia de esta posición en la construcción de una mirada sobre el tiempo presente. Se interroga sobre el realismo, como cuestión moral, y sobre la capacidad de la fotografía para construir representaciones capaces de aportarnos elementos para la lectura de las condiciones históricas del momento que vivimos.
PAC – Te proyectas desde Palencia. ¿Te hubiera gustado cambiar de lugar y hacerlo desde allí?
Javier Ayarza – No lo sé. No pienso en ello. Resulta evidente que Palencia… es lo que es y da de sí lo que da de sí. Es un buen lugar para vivir y desde el que trabajar, siempre y cuando no pidas más, ya que nada distrae, pero malo para proyectarse. La falta de apoyo de las instituciones (local y provincial) a las artes plásticas y visuales es palmario. En todo caso, he vivido de espaldas a ellas, sin esperar nada o, mejor dicho, estas me han dado la espalda. Pero sin rencor. Cuando no se espera nada… De hecho, durante años y en diversas situaciones se me ha considerado un artista de fuera de Palencia. De Aranda de Duero cuando formé parte del colectivo A Ua Crag, de Valladolid cuando estuve estudiando allí, de Salamanca por mi vinculación con el Centro de Fotografía de la Universidad de Salamanca. Incluso de Santander.
Con respecto al cambio de lugar, en la distancia las cosas se ven muy diferentes. A modo de grandes planos generales donde difícilmente se perciben los detalles. En última instancia, lo que esconde esta pregunta es, quizás, si me hubiera gustado tener otra vida en relación a estas prácticas. Es difícil. Con el cambio ¿seguiría siendo el que ahora soy? La respuesta positiva siempre estaría condicionada por la fantasía en el marco de un deseo que, seguramente, es poco sano. Al menos para mí.
PAC – ¿Crees que tu trayectoria habría sido la misma?
Javier Ayarza – Obviamente no. O quizás sí. No soy dado a hacer historia ficción. Estoy donde estoy y hago lo que hago. Lo demás carece de importancia. Entra en el terreno de lo posible que los referentes, físicos, sobre los que ahora trabajo habrían sido distintos, pero ¿mi aproximación a ellos, en la medida en que no sería la misma persona, también? Considero que hay preguntas que es mejor no hacerse. No llevan a ningún lado.
PAC – ¿Qué te impulsa a dedicarte a la práctica artística?
Javier Ayarza – ¿A día de hoy? Quizás no saber o poder hacer otra cosa. O que ya es tarde para dejarlo y cambiar. Yo iba para arqueólogo. Desde que recuerdo, me interesó conocer qué se escondía, desde el punto de vista del sentido y de la construcción del mundo, tras la imagen, tanto fija como en movimiento. Un día se cruzó la posibilidad de poder producirla, hacerla, fabricarla,…, estudiarla,… Y hasta hoy. No fue nada que estuviera premeditado. Seguramente curiosidad y atisbar la posibilidad de que con su práctica podría entender o acercarme mejor al sentido de algunas cosas.
PAC – ¿Qué ansiabas?
Javier Ayarza – ¿Ansiar? Me resulta una palabra algo intensa, implica deseo. Al principio nada más allá de dominar la técnica y sus posibilidades expresivas. Según fui siendo más consciente, adecuar tanto la técnica como sus posibilidades expresivas para satisfacer esa curiosidad. Conocer. Saber.
PAC – ¿Lo encontraste?
Javier Ayarza – No lo sé. Seguramente no, ya que aún sigo en ello.
PAC – ¿Qué crees que puede mejorarse en el Sistema del arte?
Javier Ayarza – ¡Uff! Tremenda pregunta. Muy difícil de responder en tan poco espacio sin caer en obviedades o vaguedades. Seguramente varias (muchas) cosas. Pero no me engaño. El “sistema arte” no es algo aislado o extraño al mundo que vivimos, al sistema económico en el que estamos inmersos, en el que nos movemos. O cambia, por poco que sea, el mundo, o no podremos cambiar (mejorar) nada. El arte no puede encontrase al margen de las fricciones sociales y económicas del momento en que se ejecuta, que se realiza. De no ser consciente, y por lo tanto responsable, en la mayoría de los casos no dejará de ser más que puro ornamento. Decoración, tanto desde el punto de vista formal como social.
PAC – ¿Qué deberíamos aportar y eliminar al Sistema?
Javier Ayarza – Me parece que poco se puede hacer. Desde el punto de vista de lo que compete a la financiación pública, al dinero público en el Sistema del Arte, exigir, como mínimo, el cumplimiento de lo que se viene denominando “buenas prácticas”. Me parece algo básico y mínimo. Al igual que una verdadera transparencia. Las considero dos líneas rojas. A día de hoy ambas cosas, buenas prácticas y verdadera transparencia parece que están en proceso de desaparición. A la fuga.
PAC – Asociacionismo profesional ¿qué opinas?
Javier Ayarza – Desde luego, soy partidario. De hecho, formo parte de una asociación. Pero soy poco, nada, optimista. Demasiado individualismo, demasiado narcisismo, demasiado qué hay de lo mío, en un mundo donde si te significas por cuestiones políticas, las profesionales lo son, la gente tiene miedo de caer al otro lado de la línea roja. De que no se cuente con ella por reivindicar lo que es justo.
Y hay otro “asuntillo”, en nada baladí, ¿quién puede formar parte de las asociaciones profesionales? ¿Dónde se encuentra la profesión de artista? No existe ni como epígrafe en el IAE. Mucho para discutir. Poco espacio para clarificar una idea y adoptar y defender una postura.
PAC – Háblanos un poco de tu trayectoria.
Javier Ayarza – Demasiados años en pocas líneas. No sé hacerlo. No me atrevo. Puedo decir que no estaba en mi itinerario vital, al contrario de la mayoría de quienes se dedican a esto, el tomar este camino. Iba para arqueólogo. Y, quizás, algo de eso se ha quedado y aflora en mis trabajos, que tienen mucho de arqueología del presente. O como en el caso de “La estrategia del avestruz”, que toma como referente los trabajos de la Asociación para la recuperación de la memoria histórica de Palencia, la propia arqueología. “El curso de las cosas”, “Plasma” e incluso uno en proceso “Una de romanos”, son muy arqueológicos. La fotografía comparte con la arqueología algo que en mi trabajo es fundamental, la importancia del Index, de lo indicial. Nace todo de la curiosidad y, en un momento dado, poder disponer de los medios que nunca pensé tener. A partir de ahí, poder investigar y desarrollar un trabajo ¿artístico? A la par que un trabajo del que he podido comer sin tener que estar, con todos los respetos, en la “BBC”. Tomé conciencia de a lo que me estaba dedicando al conocer y formar parte del colectivo A Ua Crag. Trabajar en el grupo, los proyectos colectivos, las conversaciones,… fue muy enriquecedor. Para mí fue como “la facultad”.
Cuando el colectivo desaparece, allá por 1996, empiezo una carrera en solitario en la que debo mucho a Alberto Martín Expósito, Cristina Zelich y el Centro de Fotografía de la Universidad de Salamanca. Otra vez, conversaciones sobre fotografía que en mi ciudad no podía tener. El Centro de Fotografía de la Universidad de Salamanca me permitió conocer de primera mano la obra de muchos artistas de proyección internacional. Al igual que a muchos teóricos a partir de las publicaciones que se editaban. Fuero años de lujo intelectual. Pero nada dura cien años. Y hasta hoy.
La primera exposición la realicé en 1985 y estamos en 2024. Pienso que lo mejor es leer algunos textos sobre mi trabajo y verlos. Si no puede ser en vivo llegado el caso, en la web. O en esta pequeña entrevista. Como ya he comentado varias veces, me cuesta mucho mirarme hacia atrás. No tengo claro si lo que cuento es así o ya forma parte de una reinvención. Pero es que, además, no me gusta revisarme hacia atrás. Sólo veo lo malo, lo inacabado, los fallos. No me siento cómodo y me desestabiliza mucho.
Seguramente se note, ya en un lector medio, que esta ha sido la última pregunta en responder.
PAC – Defínete mediante hashtags o etiquetas.
Javier Ayarza – Uff! En esto seguro que hay algo de “hagiográfico”. #Indeciso, #Dubitativo, #Perseverante, #Exigente, #Concienzudo,… #Comprometido.
PAC – ¿Cuáles son los temas de tu trabajo artístico?
Javier Ayarza – Más que los temas, lo que ha recorrido mi trabajo a lo largo de los años ha sido mi interés por trabajar en la revisión de las relaciones entre acontecimiento, historia, memoria e imagen, tratando de restituir y actualizar la importancia de esta posición en la construcción de una mirada sobre el tiempo presente. Considero que es una forma de reflexionar sobre el realismo, como cuestión moral, y sobre la capacidad de la fotografía para construir representaciones capaces de aportarnos elementos para la lectura de las condiciones históricas del momento que vivimos. Con respecto a los temas llevo ya bastantes años trabajando sobre el territorio, mi territorio o elementos relacionados con él. Un territorio que no amo, que no quiero. Áspero, duro, a ratos innoble. Donde vivo.
PAC – ¿Algún proyecto, pendiente, que te gustaría realizar?
Javier Ayarza – Pendiente, que me gustaría realizar, no. Estoy centrado en poder terminar este año o a principios del que viene “Archivo Territorio”. Iniciado en 2016, y del que se ha expuesto alguna pequeña parte, es un trabajo de largo recorrido. Consiste en la creación de un amplio, exhaustivo y ambicioso archivo fotográfico de las comarcas naturales de Tierra de Campos y Cerrato de Castilla y León (Palencia, Burgos, Valladolid, Zamora y León) con especial incidencia en la provincia de Palencia y que espero sirva a la construcción visual contemporánea del mismo. Es un proyecto en el que he optado, como método, hacer mucho más evidente algunos aspectos formales que ya se encontraban en mi trabajo, al disolver el orden de las cosas y recomponerlas a través del montaje en forma de cuadrícula. Con esta operación de reconstrucción se procede a re-exponer lo visible poniendo en primer plano la existencia de una mirada y una postura (la del artista) que une y relaciona los elementos que configuran la realidad. Así, de cada diégesis se han aislado los diferentes scripts para reagruparlos en marcos homogéneos a modo de un gran trávelin. Este archivo se encuentra en continua ampliación. Nunca está completo. Carece de forma pública. Se puede reorganizar en función de los diferentes intereses que surjan para su presentación. Acepta diferentes formas de exhibición: tamaño de imágenes, libro, proyección video (diaporama),… Y las fotografías siempre irán acompañadas de su referencia de archivo: Localidad, día/mes/año, número de archivo y hora de la toma, comarca y provincia. En algunos casos, textos e información en relación al referente fotografiado.
También necesito centrarme en terminar, de momento sin prisa, y en algún caso actualizar, otros proyectos ya iniciados como son “Trampantojo (lección de historia)” y un subproyecto dentro de él: “Una de romanos” y “Catálogo de recursos”. Pienso que “20 días de septiembre” lo daré por abandonado. Y quiero actualizar tanto “Se acabó la fiesta – Capital City” como mis primeros proyectos que realicé con el bosque como referente, pero esta vez en color. Mucho como para pensar en cosas nuevas.
PAC – Un deseo.
Javier Ayarza – Quizás, pues no lo tengo muy claro, tener la posibilidad de continuar trabajando. Pero pienso que no es tanto un deseo como miedo a parar o a no poder seguir. Intento ser sincero conmigo. Los deseos no realizados sólo producen traumas. Parafraseando, no recuerdo a quién: hace mucho frio en el sistema/mundo del arte pero fuera, quizás, es peor.
