La exposición “Still Blue”, comisariada por el equipo artístico de la fundación (Renato Della Poeta, Pedro Torres y Cristina López Morcuende), presenta por segunda vez algunas de las emblemáticas obras que componían la exposición “Blue. Homenaje al invisible”, la muestra inaugural de la fundación, abierta al público el 26 de septiembre de 2013.
Esta nueva presentación añade obras de Daniel Buren e Yves Klein al conjunto formado por artistas como Jean-Michel Basquiat, Andy Warhol y Lucio Fontana. Manteniendo el azul como eje principal de la exposición, el still que se le añade al título condensa algunas de las razones de la actual muestra: la tradición histórica de la pintura, en la cual los still life , prácticamente sinónimo de pintura en siglos pasados, fueron superados por las vanguardias y dieron paso a un arte desprendido de convenciones únicas; el stillness , esa calma, quietud e incluso silencio que el color azul provoca en su contemplación; y el still como el hecho de permanecer, de resistir, de (re)afirmarse en un presente, como lo hace la propia fundación en su incipiente trayectoria, cuya andadura empieza vinculada al que fuera, es y será el símbolo de lo invisible: el azul.
Un color muy cercano a la fundadora del proyecto, elegido en ese momento como homenaje a su padre, y que da cabida a la muestra inaugural, muy bien resumida por Anna Manubens (comisaria independiente), en su texto en el catálogo de entonces, como “el autorretrato no confesado del punto ciego y gravitatorio de la Blueproject Foundation”. Aquella exposición, y la actual, rinden tributos a lo invisible a través de obras seleccionadas entre algunas colecciones privadas al alcance de la fundación.
Entre los artistas, es ineludible la presencia de Yves Klein (Francia, 1928–1962), para quien “el azul es lo invisible haciéndose visible”. Su consagrado azul IKB ( International Klein Blue ), en esta ocasión, recubre una Venus que domina el espacio y parece orquestar las demás obras con su mirada ausente. Un conjunto de universos autónomos o instrumentos complementarios de una sinfonía que vibra en ondas que seguramente se escapan del espectro visible. Para Klein, “el azul no tiene dimensión”.
Muchos otros artistas, filósofos y escritores se han acercado al azul, a querer definir o captar en palabras lo que no deja de ser una percepción (que provoca una sensación). Kandinsky diría que este color “llama al hombre a lo infinito y despierta en él anhelo de lo puro”, mientras que para Goethe “es, como quien dice, una preciosa nada”.
Una nada que, sin embargo, llena la sala de Il Salotto , con formas, tonos y conceptos que cada obra lanza al diálogo con el público o a la conversación que entablan todas ellas reunidas en este espacio. El simbolismo más contemporáneo de A. R. Penck (Alemania, 1939 – Suiza, 2017) encuentra ecos en el grafismo de Jean-Michel Basquiat (Estados Unidos, 1960–1988), en sus palabras escritas, tachadas, entre lo no legible y el gesto. También comparte con Jörg Immendorff (Alemania, 1945–2007) una formalización visual que juega al descifrable. A entender formas y símbolos y qué significan en este espacio del lienzo. Más (hiper)reconocibles son los iconos de la cultura estadounidense, con Mickey y la Estatua de la Libertad al frente, retratados por otro ya icono pop, Andy Warhol (Estados Unidos, 1928–1987).
Por otro lado, las escenas de Mark Tansey (Estados Unidos, 1949) nos adentran en mundos de ensueño, en otros espacios y tiempos absorbidos por una luz azulada que engaña la percepción. El juego de luces y una teatralidad más sencilla la encontramos en Lucio Fontana (Argentina, 1899 – Italia, 1968), con una obra de los años sesenta, de una época en la que buscaba una nueva definición espacial para la pintura, a través de sus investigaciones conceptuales del concetto spaziale . Aquí, sin embargo, aún vemos una obra más metafórica, pero donde el lienzo ya tiene otro tratamiento.
De corte más autobiográfico, Howard Hodgkin (Reino Unido, 1932–2017) propone un gesto mínimo: una pincelada cargada de pintura, de color, pero con mucha intensidad emocional, que a través del título nos revela un momento, un lugar, que el artista ha presenciado.
La obra más reciente, y de nueva incorporación a la muestra, es la del artista conceptual Daniel Buren (Francia, 1938). Una tela de fibra óptica que a través de la luz dibuja sus reconocidas rayas de color, con las que suele intervenir en espacios públicos y privados, en diferentes soportes, proponiendo nuevas percepciones espaciales y arquitectónicas a partir de juegos visuales con el color.
Todas estas obras conviven en un espacio común, “un paseo por los sueños y las frustraciones, los deseos y las limitaciones, las antinomias inherentes a nuestra condición”, como lo describe Aurélien le Genissel (crítico y comisario independiente; co-director artístico de la fundación, 2014-2017) en el primer catálogo, y proyectan, más allá de sus discursos, una pequeña historia que se escribe en azul.
Fechas: Hasta el 4 de noviembre de 2018
Lugar: Blueproject Foundation, Barcelona