IV. Su padre es el Sol y su madre la Luna. El Viento lo lleva en su vientre. Su nodriza es la Tierra.
La tabla esmeralda – Hermes Trimegisto.
El arte de trasmutar. Espíritus, corazones, modos, conceptos, dinámicas de socialización, espacios, estéticas y maneras de estar en el mundo. Alquimia, es un proyecto colaborativo que desde un posicionamiento holístico, organiza sites efímeras que se aproximan a lo que podríamos denominar una Gesamtkunstwerk contemporánea. Arte, Música, Espectador, en una simbiosis que pretende establecer un diálogo entre lo colectivo y lo individual a través de una conexión total.
En el siglo XXI las prácticas artísticas tradicionales parecen sufrir un agotamiento progresivo, cada día de manera más acentuada se pone de manifiesto la falta de vínculo con las nuevas generaciones que reclaman su estética propia y que encuentran determinadas respuestas a su búsqueda en los procesos de hibridación. Las estrategias de representación habituales, no alcanzan a expresar las nuevas sensibilidades que emergen con fuerza y determinación.
Experiencias como las llevadas a cabo por Frédéric Gies, en el ámbito de la música electrónica como herramienta de meditación, Cyprien Gaillard o Tony Cokes, de quienes pudimos experimentar su trabajo en La Casa Encendida el año pasado, nos hablan desde varias perspectivas atravesadas todas ellas por la sinestesia como denominador común: música, imagen en movimiento, lenguajes y discurso, baile, colectividad, comunión. El trance y la espiritualidad alcanzada a través del ritual colectivo es una tríada ancestral.
Para comprender esta nueva estética o sensibilidad debemos partir de las experiencias que surgen a principio de los años noventa (Félix González Torres o Rirkrit Tiravanja) a las que dará un soporte teórico Nicolás Bourriaud bajo el epígrafe de Arte Relacional. Bourriaud define la Estética Relacional como “una organización de presencia compartida entre objetos formas vivas imágenes y gente”, en la que la participación del espectador se establece como elemento estructural; “ya no se puede considerar la obra contemporánea como un espacio a recorrer”; “La obra se presenta ahora mas bien como una duración que debe ser vivida como una apertura a la discusión ilimitada”.
El segundo punto de inflexión en esta concepción del arte como encuentro, llega en la última década del siglo veinte de la mano de José Esteban Muñoz, quien en su “Utopía Queer” define la pista de baile como “un escenario para una performatividad queer que es esencial para la vida cotidiana” y continúa precisando que “la pista de baile incrementa nuestra tolerancia a las práctica que involucran al cuerpo”.
Sus organizadoras Lola Conde y María Acevedo, nos hablan de las diferentes propuestas que se darán cita en un evento sobre el cual me gustaría remarcar que, sobrepasando el obsoleto principio basado en la paridad, el arte realizado por mujeres está presente al 90 por ciento.
Los pigmentos reactivos a la luz negra mostrarán formas psicodélicas y colores flúor que se desarrollarán en formato ‘live painting’ durante la noche de la mano de Galoguin.
El espacio reservará una instalación audio reactiva que proyecta en tiempo real una transformación del cuerpo del público con imágenes encontradas found-fottage de máquinas. Se trata de una experimentación de público como cuerpos del futuro, lo ciborg y el glitch, por la artista visual, Camile Duhart
Alqvimia, además quiere aportar un extra de reivindicación social y cultural por la falta de espacios en Madrid donde se puedan desarrollar actividades de sus características ofreciendo una óptima calidad en cuanto a cultura de club, y contará con la intervención de DosJotas, artista madrileño que desarrolla su trabajo centrado en la critical social, política y cultural, haciendo apropiaciones de espacio a lo largo del mundo, siendo Alqvimia su campo de acción e intervención social para esta ocasión.
Las paredes se cubrirán con exposiciones de Alicia Utiyama, que presenta su obra “Pesadillas” en la que interpreta variaciones del comportamiento emocional en trastornos mentales y cuales son las consecuencias que sufre un individuo condicionado a vivir en una sociedad que aún no lo ha normalizado e intenta curarse de sí mismo. Los lenguajes transitan constantemente entre distintas técnicas creando una simbiosis visual.
Alessia Bayro, artista plástica cuya producción creativa gira alrededor de la pintura figurativa hiperrealista y de la fotografía analógica, ella mostrará su obra “Explorando Límites”, donde la artista plasma su reflexión sobre el deseo innato de explorar el límite y lo prohibido, investigando sobre las válvulas de escape en las que el individuo busca reafirmarse y/o perderse, cuestionando cómo se establecen las fronteras, y en qué momento se cae en el exceso.
Jumiter, colectivo madrileño compuesto por la fotógrafa: Tesera Diseñadora: Julia Jimeno Corraliza , Sonido: Mirko Nisenson Berardelli, Modelo: Julia Moreno Guadalupe, que presentarán su proyecto audiovisual, “Tal vez esté llorando mi pensamiento” en el que se explora el sentimiento de ansiedad a través de paisajes sonoros. Este trabajo es un guiño a la sinestesia.
Por último, el toque ácido, punk y colorista lo pondrá la artista gráfica Yasmine Hairech con una serie de ilustraciones en formato A3.
Fecha: 28 Enero 2023
Lugar: Secret Location (Link de contacto)