Desde el pasado 13 de septiembre, el artista visual venezolano Pedro Medina expone su primera muestra individual en España, con Cerquone Gallery, en su sede en Madrid. Titulada “Gran Turismo: Simulaciones simultáneas”, la exhibición se concibe como un proceso de observación de la rapidez y la resistencia en la pintura. En esta ocasión, Medina —nacido en Maracaibo y radicado en Caracas, Venezuela— plantea una reflexión sobre la fugacidad de la vida contemporánea, superpuesta a los procesos de largo aliento de la materia pictórica, en una forma de pintura-collage en la cual imágenes fotográficas tomadas de su experiencia vital se recombinan con las superficies errantes de la iconosfera global.
Dominados por las pantallas y sus flujos verticales, las direcciones de nuestra historia han sido reemplazadas por el incesante movimiento combinatorio de imágenes fragmentarias; pedazos de memorias y vivencias compartidas que nos llevan a asumir la existencia de una realidad definitiva, solo por ser la única que percibimos. No obstante, en paralelo a nuestra errancia humana, un infinito número de eventos –supuestos y comprobados– suceden fuera del campo de conocimiento propio y en simultaneidad frente a las dimensiones que experimentamos. La necesidad de dar testimonio de esas otras existencias espacio-temporales ha sido desde siempre una tarea de las imágenes: de las que hoy vemos en redes sociales, que anteriormente transmitían en las telenoticias en directo, de la circulación de las fotografías, de su entonces novedosa impresión masiva sobre papel, y aún más remotamente, de la pintura y su capacidad de determinar lo real a partir de lo que crea su materia oleosa.
De allí que aproximarnos a las imágenes de aquello cuya travesía está aún por ocurrir –o que pueda darse en un futuro improbable– sea una intención latente en la que artes y ciencias confluyen a lo largo de la historia, desde siglos atrás en los que los saberes acumulados en la perspectiva y la pintura permitieron desarrollar logros científicos y matemáticos a través de los sistemas analíticos de proyección. Posteriormente, los avances tecnológicos y su intrínseca relación con la producción de imágenes nos han llevado a procesar un presente marcado por el exceso de un material intangible cuya degradación es aún imposible de medir: y es que, colmados de imágenes, los días actuales de la sociedad contemporánea suceden entre el exceso y la fugacidad de estas superficies significantes, creadas, posteadas, compartidas y almacenadas en un historial recalcitrante que deambula entre nuestros dispositivos electrónicos, las ‘nubes’ inalámbricas que nos cubren, y nuestras abarrotadas memorias personales.
Inserto en estas dinámicas contemporáneas de largas horas de captación de estímulos audiovisuales, de desplazamientos verticales y de almacenamiento fútil de fotografías, el artista venezolano Pedro Medina (Maracaibo, 1990) plantea una ‘gran vuelta’ en la percepción de su trabajo en torno a la observación del contexto. Y es que hasta la fecha, la obra de Medina se ha mostrado centrada en el retrato de paisajes y escenas cotidianas de interacción y calidez humana; sin embargo, en este trabajo reciente el artista reubica notablemente su interés en un nuevo ‘punto de vista’. De allí que, situado frente a las redes invisibles que nos interconectan y comunican, la obra presentada en Gran Turismo, en Cerquone Gallery Madrid, habla sobre el ciclo de la existencia referencial de las imágenes, y sus posibilidades de crear espacios de simulación y relatividad.
Muy distinto a la tradición paisajista de la que proviene –y sin embargo manteniendo relaciones con ella–, Pedro Medina ejerce decisiones contradictorias pero voluntarias que alteran la linealidad del tiempo que construye la imagen de su propio horizonte, los puntos de fuga que permiten entender la corporeidad en la que toman forma y las relaciones entre elementos que posibilitan su lectura. De esta manera, a través de la superposición, el collage y la combinación de orígenes y motivos, las imágenes creadas por Medina desplazan su interés en lo pictórico del paisaje para mostrar escenas en las que las siluetas ‘retratadas’ se componen como sistemas dinámicos, en montaje y en una relación de equivalencia entre medios: así las computadoras, los autos de carrera y las imágenes de internet coexisten introducidas en los retratos costumbristas tomados de las vivencias personales del artista, creando una pintura hiperrealista –no por el detalle de su figuración– sino por aquello que excede a lo real, al no tener ni origen ni realidad aparente.
En este giro pictórico, los intereses de Pedro Medina se hacen presentes para evidenciar que todas las cosas coexisten en realidades que se atraviesan a sí mismas, en temas como la simulación, la simultaneidad y un universo en el que todos los eventos retratados habitan. Así las obras que conforman Gran Turismo nos aproximan a visualidades de existencias humanas que no coinciden en esta realidad, pero que están en un espacio abstracto imposible de determinar por las lógicas del presente, una forma de visualidad aún por ver en el futuro. En su ‘gran vuelta’, las imágenes creadas por Pedro Medina presentan una carrera de resistencia, en la que la pintura ocurre como un proceso ralentizador del tiempo, en el afán de la sociedad actual de hacernos consumir imágenes, convertirlas en spam y luego desecharlas.
A su vez, una contradicción propia de la naturaleza del medio se hace presente en la muestra, pues, ¿cuántas eventualidades pueden pasar mientras seca el material? ¿Cuántas vueltas se dan en una carrera de alta velocidad mientras se hace una pintura? ¿Cuántas explosiones ocurren mientras una imagen surge? Muy distante a un proceso fugaz, el oficio de la pintura se caracteriza por el tiempo invertido en la construcción de una imagen que surge de la nada sobre una superficie. No obstante, las posiciones antagónicas que existen entre el acto de pintar y la fugacidad se convierte en un tema sobre el cual cavilar en la pintura de Medina, en la que las irresoluciones se vuelven posibilidades y a su vez en desplazamientos.
Bajo la intención de comprender los cambios que supone para la pintura y los modos tradicionales de ver y construir imágenes, estos procesos de alta velocidad y de recombinaciones frenéticas son llevados a cabo por Pedro Medina a través de una pintura-collage en la que la perspectiva obedece a la desorientación: la sensación de no poder fijar la mirada ante el movimiento que termina por dar lugar a una nueva libertad representacional. Una forma de hacer imágenes en la que todo está en ningún lugar. Así, las pinturas de Gran Turismo contienen detalles, vacíos y horizontes que, sin abandonar al paisaje, lo hacen estallar y recomponerse a sí mismo.
En este proceso, la pintura de Pedro Medina abandona el rigor de la mirada realista, de los puntos de fuga y de la imitación de las formas de ver, para optar por la activación de una imaginería recombinante, de múltiples ventanas abiertas que se comunican entre sí, compartiendo información que determina el algoritmo que da forma a nuestra realidad y su percepción. Finalmente, las obras presentadas por el artista en Gran Turismo suponen una apuesta por imaginar formas y estructuras de visión de las cuales estamos lejanos a conocer, pero que el arte nos permite especular, quebrando las paredes y las costumbres representacionales de un tiempo lineal en el que todo el futuro sucede mientras se seca el óleo.
Pedro Medina (Maracaibo, Venezuela, 1990)
Pintor, licenciado en Artes Plásticas egresado de la Facultad Experimental de Artes de La Universidad del Zulia, Maracaibo (2016). Su pintura se enmarca dentro de la figuración y el naturalismo, destacando escenas cotidianas, dinámicas humanas, retratos y paisajes naturales y de ciudad; todos guardando íntima relación con el artista por lo que son espacios vividos por él. Ha realizado exposiciones individuales en MACZUL (2018), Alianza Francesa de Maracaibo (2018), La ONG (2020) y Beatriz Gil Galería (2021). Ha participado en algunas exposiciones colectivas como GOMA en GBG ARTS (Ccs, 2019), TIERRA DE GRACIA en Beatriz Gil Galería (Ccs, 2019), CONTINUO INICIO en conjunto con EL BLOQUE (Mérida, 2019), LATENTE en Hacienda La Trinidad junto a Carmen Araujo y Abra Caracas (Ccs, 2018), Salón Jóvenes con FIA en MACZUL (Mención de Honor) (Mcbo, 2016). Primer premio nacional en el 11avo Salón Nacional de Jóvenes Artistas (MACZUL Mcbo, 2015). Su obra se encuentra representada en diversas colecciones y ha expuesto en países como Alemania, México, Colombia, México, Aruba y Ecuador.
Etiquetas: Cerquone Gallery Madrid, Pedro Medina Última modificación: 22 noviembre, 2023
