A pocos grados y con esa humedad característica de Venecia en pleno invierno en el Arsenal, así se inauguró la exposición de los seleccionados a los premios Arte Laguna.¿Qué otro sitio existe en Venecia tan mágico como el Arsenal para una exposición de arte contemporáneo? Tanto el marco como el montaje espectacular hicieron que casi todos nos olvidáramos del frío y nos abandonásemos a la contemplación.
Es difícil hablar de una exposición organizada con razón de un premio, pues caer en la mera citación de los artistas premiados me parece un error, sin embargo esta vez, sin que sirva de precedente, hablaré del gran triunfador, y ese ha sido Carlos Martiel con la performance titulada “Hijo pródigo”.
El cubano inmortalizó una especie de ceremonia en la que se clavaba en la carne del pecho las medallas militares de su padre. La tensión emocional del gesto, el silencio y el dolor, llevó a la conmoción al público y a los jurados que le atribuyeron uno de los 5 premios.
Esta acción, que podemos incluir dentro de la corriente del body art, no es sólo una reflexión sobre el cuerpo y los límites y fragilidad de este, sino que las referencias políticas, históricas y personales nos hablan de un sufrimiento individual y colectivo de la sociedad cubana, y se manifestan en el dolor físico del artista.
*El siguiente vídeo puede herir la sensibilidad del espectador*
Etiquetas: Carlos Martiel, Premio Arte Laguna Last modified: 5 abril, 2013