Hasta el próximo 31 de mayo, el centro Niemeyer de Avilés muestra la individual de Carlos Cruz-Díez, una ambientación cromática que va cambiando a medida que el espectador transita por el espacio expositivo.
Color espacial, es una instalación efímera, construida a base de telas impresas con tramas de Induction Chromatique, que cuelgan de lo alto de la cúpula del centro, interactuando con los espectadores. Colores que aparecen y desaparecen dependiendo de la luz y la mirada del espectador.
Esta obra ha sido creada especialmente para este espacio expositivo, y una vez terminada la exposición, las obras, que el artista ha enviado previamente por e-mail, serán destruidas.
Cruz-Díez pretende transmitir que el color es un elemento aleatorio, que se modifica continuamente en el tiempo y el espacio, poniendo de manifiesto que el color no es una certeza, como hemos establecido a través del tiempo. Para él, el color no es una cualidad objetiva, sino algo inestable donde cobra gran importancia la percepción del ojo del espectador, jugando un papel activo en la obra y en su creación.
Las Inductions Chromatiques ofrecen una experiencia de color en el espacio en la cual el espectador es inducido a percibir distintos climas de color. Muchos de estos climas se encuentran químicamente presentes en el soporte y otros están formados por gamas de colores virtuales que, sin embargo, son tan reales como los pigmentos presentes en el soporte.
Aunque su formación fue de pintor, siempre buscó nuevos caminos partiendo del estudio del color e intentando separarlo de la asociación a la forma. La solución que encontró para el binomio forma-color fue el fraccionamiento de la forma, convirtiendo el plano coloreado en una sucesión de paralelas de color dispuestas verticalmente a las que llamó “módulos de acontecimiento cromático”, poniendo así en evidencia que el color “está haciéndose constantemente”.
Artista: Carlos Cruz-Díez
Fechas: Desde el 26 de septiembre hasta el 31 de mayo de 2015
Lugar: Cúpula del Centro Niemeyer, Avilés, Asturias