Converso con Dominica Sánchez, considerada como “La gran dama de la pintura catalana”. No es casualidad que haya sido escogida por la reconocida comisaria Sonia Villegas para la primera exposición en su nuevo espacio artístico “El Principal de Córcega”, en Barcelona. Villegas la considera y compara con los grandes artistas contemporáneos: por una lectura profunda de su obra, trayectoria artística y por ser una artista completa y coherente.

Dominica Sánchez ( Barcelona, 1945) nace artista, su inspiración y personalidad creativa se marca, en gran medida, en sus sensaciones de niñez. Su vivienda, cercana a la plaza de toros de La Monumental, le permitía acudir al ruedo de forma natural, era el lugar donde pasar el rato y observar, en una época en que las corridas taurinas suponían una tradición popular y local. La forma circular y profundidad de la plaza, con sus luces y sombras; la negrura del toro; el movimiento y equilibrio entre los dos seres; los colores; todo ello y en conjunto, quedó latente en su sensibilidad. No era consciente entonces pero supuso un asentamiento en su inspiración creativa. La abstracción de esas visiones impulsará su personalidad y trayectoria artística marcada por la búsqueda de encuadre y composición de espacios. Un juego de geometría de líneas y circunferencias delicadas trazadas en lápices carbón, en tensión con espacios más densos. Aplica el color con la técnica de pastel, manipulado como pigmento, normalmente, con las manos.

Su obra se debe contemplar también como una manifestación del movimiento corporal de la propia artista sobre el papel (siempre Fabriano), pues Dominica es muy física a la hora de trabajar. Dibuja en horizontal y como ella dice: “se lanza al ruedo”, cuerpo y movimiento están presente en su obra. Trabaja de forma intuitiva y emocional, la naturalidad es importante para ella; considera el arte como la poesía o la cocina, una combinación entre tensión y equilibrio de los elementos. Sus dibujos serán la expresividad y emotividad de las observaciones personales del mundo que la rodea a modo de abstracción. Toma sentido la frase “Hacer visible lo invisible” , su obra capta un momento real y fugaz. Su arte intuye pero no muestra.

La utilización del papel como soporte y el uso de técnicas como el lápiz carbón y pastel hacen, junto a la naturalidad (por tanto, fragilidad) del proceso, que las obras de Dominica transmitan calidez y autenticidad. Consigue contundencia y delicadeza al mismo tiempo en una obra austera. Apasionada y conocedora de la poesía, aplica el mismo juego de tensión, equilibrio y síntesis en su trabajo. Aun siendo una artista matérica, es el dibujo lo que la llevó a descubrir sus posibilidades en el volumen. Sus esculturas siguen el mismo concepto. Son reflejo de sus dibujos, extendiéndose a otras dimensiones creativas, completando así su mundo artístico. En la escultura sigue pautas artesanales con previos modelos de cartón recortado, luego los pasa a finas planchas de hierro que manipula con pliegues, curvas y soldaduras. Sigue presente el trazo a merced del cuerpo y movimiento, convirtiendo ese paisaje interior en piezas escultóricas de una abstracción poética.

Sánchez es una artista profunda en su trabajo y en buena medida se debe a su gran conocimiento sobre la teoría del arte; un estudio constante que la cautiva. Este saber la conduce a una obra consciente; una personalidad definida y reconocible.
La trayectoria artística de Dominica Sánchez ha sido constante y valorada en coleccionismo: Apoyada por los mejores galeristas nacionales e internacionales, es sobre todo en Paris y Estados Unidos, donde más reconocimiento ha tenido.

Actualmente se puede disfrutar de su trabajo en la exposición “Aquí y ahora” en el Principal de Córcega, Barcelona, hasta el 31 de marzo.