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Carlos Blanco

Written by: arte De ida y vuelta

Entrevista a Carlos Blanco

Carlos Blanco es un artista colombiano, (Bogotá, 1961), al que admiro y aprecio por su rigor y su capacidad para arriesgarse y no languidecer en un lo ‘viejo conocido’. Ya era una figura destacada del panorama artístico colombiano, cuando yo estaba en la Facultad, siendo un mentor y alternando su producción con el comisariado de exposiciones.

Retrato de Carlos Blanco junto con la instalación ´Cultivos Intensivos´, presentada en la Bienal de Busan – Corea, 2003.

Su obra se me antoja rompedora y su forma de llevarla a cabo, carente de miedo, al contrario, es un llamado al desafío, a vivir mientras crea y a crear a través de procesos que para la mayoría hacen parte de la ‘Bucket List’.

Resulta también muy interesante los medios que le obsesionan, como son el aire o el papel así como las experiencias en las que quiere envolver al espectador. Partimos de un artista de la fragilidad y de lo intangible, muy lúcido a la hora de repensar lo contemporáneo y que en sus manos se convierte en magia. Algunas veces hace que el arte y el ocio tengan un diálogo funcional, otras que la gente se sienta viva a través de sus obras…

En los últimos años Blanco ha estado ligado al circuito madrileño y actualmente expone en el Archivo Arkhé dentro de la exposición El paraíso del Diablo: la vorágine y el genocidio del caucho (1872-1924), comisariada por Halim Badawi. Os animo a acercaros a su obra y dejaros contagiar de su obra poderosa.

Coche Náscar/ Ford Monterrey 99′. Acción en el  circuito de Náscar – Invindale, California, a una velocidad promedio de 280 km., 20 óvalos de duración, 2010. 

Al mirar tu trayectoria artística, da la sensación que antes que realizar una obra, te retas a ti mismo y a tus límites, exploras cuestiones vivenciales (estoy pensando en el proyecto de tallar una tiza)… Me hace pensar que en Oriente la base de cualquier teoría parte del cuerpo y la experiencia (en contraposición con el proceso a través del pensamiento y la palabra en Occidente). ¿Cómo entra el arte en este rompecabezas?

CB: El Proyecto Bigger than Life, que antes mencionas, trata de tallar cuatro pequeñas columnas (como tizas) con la fuerza del viento a alta velocidad, adhiriendo sin permiso estas piezas a un tren de alta velocidad, a un avión comercial, a un carro de Náscar que yo mismo conduje a 280 kms., o de un paracaídas del que salté a 10.000 de caída libre con la pieza en mi casco.

El artista utiliza su cuerpo poniendo su vida en peligro para que así se talle una figura aleatoria. Esto tiene que ver con empujar los límites de cómo se hace arte y unir mi experiencia con las los deportes extremos que he realizado. Es llegar a lugares que no antes el artista ha logrado. Y corrí suerte porque no tuve ninguna lección o situación que tuviera implicaciones legales por las actividades ilegales.

Antes y después de la talla de la tiza, ubicada en la parte delantera del coche.

Algunos de tus proyectos aluden a conflictos  sociales o políticos  bastante específicos los cuales abordas desde el humor, algo que no siempre ha sido entendido.

CB: Más que el humor, pensaría en el aspecto lúdico de mi trabajo, que es una manera de acercarse al problema. Cuando te aproximas a mi obra te atrae por ser algo juguetón pero te das cuenta de que detrás hay una fuerte crítica social y política .

El aire siempre ha sido el mayor protagonista de tu obra. Ofreces aire corporal y arte cultural. ¿Por qué quieres aprehender el aire? ¿Es el arte una excusa para seguir desarrollando tus reflexiones sobre este elemento?

CB: Hay que entender que pasamos por una pandemia donde la gente se dio cuenta de que lo verdaderamente importante es el aire. El aire es una esencia que tiene la capacidad de crear y de destruir. Yo como artista lo he interpretado y desarrollado a partir de la experiencia en mi juventud con deportes extremos como la navegación, windsurf y el parapente.

Otras cuestiones también han sido parte de mi experiencia personal como lo ocurrido en 1988, cuando sufrí un atentado de ETA frente a mi apartamento aquí en Madrid. Ocurrió el 22 de noviembre a las 11:48 p.m. cuando explotó una furgoneta frente a una estación de policía. Dos personas murieron, un niño y un adulto. Yo estaba leyendo cuando estalló la bomba; el viento entró a una velocidad demoledora y me hirió las manos y me lanzó hacia atrás. No pude regresar a mi casa durante dos semanas porque la policía estaba buscando restos humanos.

Estas experiencias me han condicionado y han influenciado mi forma de interpretar el arte, tanto con mi cuerpo como con materiales diversos.

Cuéntanos sobre tus esculturas en papel.

CB: Son una serie de esculturas hechas con papel y aire. La idea era conformar volúmenes con aire, permitiendo que este generara un espacio entre un papel y otro, creando así una masa de volumen. Creo que el papel es tan frágil y fuerte como el aire, y quería trabajar con ambos para mostrar cómo se puede construir con estos dos elementos una figura.

Imagen de participante en la instalación ‘Falling in Love’, Bogotá, 2019.

Me gustaría que me dijeras cuál es tu relación con los siguientes conceptos: Oportunismo, juego, espiritualidad y movimiento.

CB: Vengo de una cultura donde la palabra “oportunismo” está ligada a la supervivencia. En mi trabajo, lo he utilizado varias veces; por ejemplo, me colé en la Documenta y en la Bienal de Venecia en 1993. Durante 14 años exhibí en las calles de diferentes capitales del mundo sin pedir permiso, basándome en ese concepto latino de apropiación del espacio.

Siempre utilizo un lenguaje lúdico para atraer al público, pero la obra en sí manda un mensaje con un trasfondo crítico.

Mi experiencia a nivel espiritual ha sido muy fuerte, ya que he hecho muchas limpiezas con taitas consumiendo yahé y ayahuasca. Lo importante es que he tenido buenos maestros. Para mí, lo espiritual es esencial, es una necesidad como individuo y si se tiene un auto conocimiento se verá reflejado en la obra y más importante en tu vida.

El movimiento es esencial en mi obra. El simple hecho de que el ser humano se levante, camine al baño, camine al comedor, al coche, al trabajo y así sucesivamente hasta el final del día… Luego camina a la cama y en el sueño continúa moviéndose en ese universo mítico que implica movimiento. Es una constante en la vida, algo infinito como el aire.

Imagen de participante en la instalación ‘Falling in Love’, Bogotá, 2019

Hay una obra en la que, de manera más directa trabajas el vacío: Falling in Love, ¿es otra forma de ver el aire?

CB: En esta obra, el aire jugó un papel fundamental porque proporcionó una experiencia sensorial a todos los participantes.

Falling in Love se realizó en 2019, con la participación de 550 personas que se lanzaron de espaldas sobre un hinchable en forma de corazón. Todos sintieron el vacío, los nervios y la ansiedad que se experimenta al enamorarse. Al estar en el aire, eran salvados por el amor.

Carlos, has regresado a Madrid. ¿Qué te has encontrado en estos tres últimos años? ¿Ha cambiado el circuito?

CB: Ha cambiado muchísimo. No solo la escena artística ha evolucionado, sino que España entera se ha transformado por la migración de latinos que han salido de sus países en conflicto llevando consigo sus memorias y experiencias. Esto ha generado una fusión con la cultura hispánica. Ahora Madrid está en un ciclo de renovación de mezcla de razas latinas con la hispana.

 Registro de la acción ‘Varita Mágica/ El recorrido del indio’, Madrid, 2025.

Para terminar ¿podrías hablarnos de tu pieza Varita Mágica/ El camino del indio?

El proyecto más reciente que realicé aquí en Madrid en el espacio Nunca Nadie Nada No, trata sobre el recorrido que hice entre donde estoy viviendo en Chamberí,, hasta la Latina, -donde está situado el espacio de exposición-, con un palo de la planta de coca. En el extremo, el palo tiene un aditamento para sujetar una tiza. Hice una raya continua de 2,5 kms., por la calle desde Chamberí a la Latina.

A medida que se gastaba la tiza, la reemplazaba y ponía otra tiza. La idea era hacer una alegoría sobre la raya o línea que tiene unas connotaciones sobre el consumo de este estupefaciente o alucinógeno, pero cambiando la lectura porque para mí la raya o línea es una gran dibujo.

Para mí utilizar un elemento natural de la coca como es la vara junto con la tiza, marca una contraposición entre la planta de origen ancestral mágica, curativa y luego una tiza que es como la educación. En esta acción muestro que en la actualidad el uso ancestral de la planta, que tiene muchos usos medicinales se ha deformado por esa educación, ese consumo, ese comercio.

Al finalizar la exposición, la línea sigue, regresando con ella hasta mi casa. Si hay un interés de un comprador, el precio de la pieza es por cada km. dibujado. La idea sería hacérsela hasta su casa y dejársela en su colección.

Etiquetas: , Last modified: 10 marzo, 2025