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Marisa González

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Entrevista a Marisa González: Innovación, feminismo y compromiso social en el arte contemporáneo

Pionera en el uso de nuevas tecnologías en el arte y defensora incansable de los derechos de las mujeres en el ámbito artístico, Marisa González, Premio Velázquez de Artes Plásticas 2023, ha construido una trayectoria marcada por la innovación y el compromiso. Desde sus inicios en España, pasando por su decisiva formación en Estados Unidos, hasta su labor como vicepresidenta de la Asociación de Mujeres en las Artes Visuales (MAV), su obra refleja una constante búsqueda por plasmar las realidades sociales, los desafíos de género y las posibilidades creativas de la tecnología. En esta entrevista, Marisa González nos invita a recorrer su vida y su obra, desde su huida del contexto franquista hasta sus reflexiones sobre el arte, el feminismo y el legado que desea dejar a las futuras generaciones.

Marisa González- Autorretrato con fotocopiadora en su Taller de Arte Actual del Círculo de BBAA de Madrid el año 1992

PAC- ¿Cómo fueron sus primeros contactos con el arte? ¿Cuándo supo que necesitaba expresarse de manera creativa?

Marisa González – Había estudiado la Carrera Superior de Piano en el Conservatorio de Bilbao, mi ciudad natal, la concluí  a principios de los años 60, pero no me consideraba pianista. A los pocos años me decanté por las BB AA, hay que remontarse hasta 1967, año en que ingresé en la Escuela de BB AA de Madrid. Era una escuela poco politizada con una enseñanza inmovilista, decimonónica, impartida por profesores reaccionarios en lo político y en lo estético. Castraban la creatividad en lugar de potenciarla. Todo se basaba en la copia del modelo, no había trabajo intelectual. En Historia del Arte no llegábamos ni a Picasso. No existía el arte contemporáneo. Cuando pocos años después una vez concluida la carrera viajé a Chicago para hacer un máster, me di cuenta del abismo que separaba ambos modelos de enseñanza.

PAC- Marisa, es usted pionera en trabajar con nuevas tecnologías, ¿qué retos enfrentó para ser reconocida en este campo, especialmente como mujer?

Marisa González – Fue clave mi experiencia en EE UU, gracias a dos mujeres. Primero, en Chicago, en el Departamento de Sistemas Generativos del Art Institute, creado por mi mentora Sonia Sheridan, con quien desarrollé mi trabajo tecnológico, Y posteriormente, en Washington, en la Corcoran School of Art, con la artista feminista Mary Beth Edelson, quien impulsó mi interés por el feminismo.

PAC – ¿Qué le llevó a elegir Estados Unidos, y específicamente Chicago, como lugar de formación y desarrollo artístico, en lugar de París, que era una referencia habitual para los artistas europeos en ese momento?

Marisa González – Nada más terminar la carrera de BB AA en Madrid en junio del 1971, en agosto ya estábamos volando a Chicago. ¿Porque USA? Porque mi pareja y yo -él ya era economista y para entonces llevábamos tan solo un año juntos- buscamos una ciudad que nos brindara a ambos la posibilidad de hacer un master, y en Chicago confluyeron ambos intereses. A él le otorgaron la prestigiosa Beca Fulbright y yo, como mis padres ya habían fallecido, pude pagarme la matrícula en el Art Institute de Chicago. Fue una huida de la España franquista en busca de nuevos horizontes profesionales y humanos.

PAC- ¿Cómo influyó su paso por Chicago en su visión del arte y en el uso de las nuevas tecnologías en su obra?

Marisa González – Fue absolutamente fundamental descubrir las infinitas posibilidades que me ofrecían los distintos dispositivos tecnológicos del momento, sus diferentes procesos y tiempos de producción. Me encontraba con herramientas que me permitían crear, en muy poco tiempo, secuencias que podían ser infinitas.

Cuando hice mi primera exposición en Bilbao, mi ciudad natal, diez años después de haber salido de Bilbao para estudiar BBAA, el profesor que me había preparado para el ingreso en BB AA me dijo, si te hubieras quedado aquí, jamás hubieras desarrollado, en toda tu vida, lo que has logrado en USA en estos diez años. 

Fotografía de Marisa González en la exposición La Fábrica realizada en la Fundación Telefónica de Madrid en el año 2000

PAC- ¿Cómo influyó en el contexto político y cultural del franquismo en sus primeras etapas como artista?

Marisa González – La lucha estudiantil fue fundamental en el desarrollo personal y profesional. Hay que resaltar que la mayor parte de nuestras reivindicaciones parecían políticas, pero en el fondo eran profesionales. Muchas de ellas siguen estando entre los objetivos de las actuales asociaciones profesionales del sector. Recuerdo que cuando me detuvo la policía me acusaban de comunista y maoísta. Sin embargo, salíamos de una reunión que organizamos en el estudio de una compañera -era el año 1970-, en la que sólo se habían tratado cuestiones profesionales y docentes. Fue uno de los vecinos quien nos delató por reunión ilegal, (entonces reunirse más de 4 personas se consideraba reunión ilegal).

PAC- Siendo una artista feminista en un contexto tan restrictivo como el franquismo, ¿cómo gestionaba la censura y el rechazo social hacia los discursos de género y derechos de las mujeres?

Marisa González – Durante el franquismo, yo no estaba implicada en los discursos de género. Las reivindicaciones eran sociales, como individuos, la represión la sufríamos por igual ambos géneros. Lo que sí tuve claro, en cuanto a lo que vivían las mujeres en ese momento, era que, como artista, no me iba a enamorar de ningún otro artista, porque sabía que entonces iba a terminar limpiándole los pinceles y dando clases en un instituto para que él desarrollara su carrera, como efectivamente sucedió con mis compañeras artistas.

PAC- Durante la transición, ¿Cómo vivió el cambio en las posibilidades y en la visibilidad del arte y de las mujeres artistas en particular?

Marisa González – Las mujeres artistas teníamos menos visibilidad, por lo tanto teníamos más libertad  de experimentación.

PAC- Desde los años 70 hasta hoy, ¿cómo ha evolucionado su perspectiva sobre el feminismo y cómo se refleja esto en su obra?

Marisa González – Mis trabajos feministas más importantes datan de los años 70. Los realicé durante los seis años que estuve en USA. Estos años fueron muy fructíferos en todos los sentidos. Tuve dos hijos, pero en ningún momento esto me impidió desarrollar mi trabajo. Produje en ese tiempo las series de La Violación, del año 1971, y la serie Anónimos; ambas realizadas en Chicago. Ya en Washington realicé la serie Maternidad, en el año 1975, embarazada de mi segundo hijo, y la serie Violencia Mujer de 1976. 

PAC- ¿Qué le motivó a abordar temas como la violación en los años 70, cuando no era común tratarlos abiertamente en el arte?

Marisa González – Fue el encuentro de una muñeca en un vertedero del barrio negro de Chicago. Parecía que estaba ultrajada, estaba despatarrada, con el vestido levantado, y allí mismo, in situ, hice las fotografías de la violación ante la mirada expectante de un niño negro al otro lado de la valla. Esta serie de La Violación iba a ser expuesta en ARCO en el año 1993, pero justo unos días antes, aparecieron los cuerpos destrozados del asesinato de las tres niñas de Alccàser. Pensamos entonces que, como la sociedad estaba muy sensibilizada, podía parecer oportunista y decidimos la galerista Evelyn Botella y yo no mostrarlo.

Marisa González en la exposición Registros domesticados realizada en Tabacalera Madrid en 2015

PAC- Ha trabajado en contextos asiáticos: ¿qué la llevó a centrarse en esta región y qué diferencias culturales y sociales percibió en relación con los temas de exclusión que aborda?

Marisa González – Fue en mis viajes turísticos. En el momento que pisaba el país, encontraba los temas que desarrollaría. No iba con una idea preconcebida, pero las ideas crecían y los temas surgían. No podía ver el país exclusivamente con una mirada de turista, sino que empecé a ver cómo vivían sobre todo las mujeres y cuáles eran sus condiciones sociales adversas.

PAC- Su obra aborda temas como la precariedad, la exclusión y la marginalidad. ¿Cómo selecciona los temas sociales que abordan sus proyectos? ¿Qué experiencias personales o investigaciones han influido más en este interés?

Marisa González –  ¿Cómo podía permanecer al margen? Mi conciencia social estuvo presente desde los primeros años de mi carrera. Asistí a todas las manifestaciones reivindicativas. No podía no implicarme en lo que estaba sucediendo. Ya he comentado lo importante que fue para mí el intercambio con Mary Beth Edelson, con quien desarrollé mi proyecto de Violencia Mujer, basado en las torturas que sufrían las mujeres en las cárceles de Chile durante la dictadura de Pinochet.

PAC- ¿Hay algún proyecto que considere clave para entender quién es usted como artista?

Marisa González – Es una pregunta difícil de responder. Ahora que estoy preparando la exposición del Reina Sofia, me doy cuenta de la diversidad de mis proyectos, y lo difícil de encontrar un nexo de unión entre ellos, aunque sí hay personas que encuentran en todos los proyectos un hilo conductor común.

PAC- Si tuviera que hacer balance, ¿cómo ha evolucionado el papel y la presencia de las mujeres en el arte español desde sus inicios hasta ahora? ¿Ha sentido alguna diferencia en su trato como artista a lo largo de las décadas?

Marisa González – Por supuesto. Gracias a nuestras reivindicaciones, los trabajos de las mujeres se han consolidado, aunque según los datos del observatorio de la Asociación MAV, aún hay un desequilibrio entre el posicionamiento de ambos sexos, tanto en su visibilidad en las principales instituciones como en los precios de su obra.

Las mujeres hemos tardado muchos años en hacernos visibles, la presencia femenina en las exposiciones era y sigue siendo mínima aunque se está avanzando paulatinamente.

Marisa González-Vista parcial de la exposición Piel y Pulpa de la serie Transgénicos en el Palacete del Embarcadero de Santander 2022

PAC- Cuando mira su carrera en retrospectiva, ¿cuál considera que ha sido su mayor contribución al arte?

Marisa González – La incursión en el feminismo en los años 70, en la arqueología industrial en el año 2000 y posteriormente la inmersión en los registros postcoloniales.

PACComo exvicepresidenta y actual asesora de MAV, la Asociación de Mujeres en las Artes Visuales, ¿qué papel considera que desempeña esta asociación en la promoción de las mujeres artistas en España? Desde su experiencia, ¿qué cambios significativos cree que ha impulsado MAV en la escena artística contemporánea?

Marisa González – Ha sido crucial. Los estudios que llevamos a cabo desde la asociación, año tras año, para visibilizar las condiciones de la mujer en el sistema del arte, delataron su precaria posición. Las estadísticas eran desoladoras, pero se ha avanzado paulatinamente. La asociación cuenta con casi 1.000 socias a nivel nacional, y debo decir que la calidad humana y compromiso feminista de las que hemos formado parte de las sucesivas juntas directivas ha sido fundamental. Son unos años (máximo de 6) en los que se ha trabajado, codo con codo, con gran dedicación, y se ha ganado a pulso el reconocimiento de nuestra voz.  Yo siempre he reivindicado el movimiento asociativo, los grandes logros solo se consiguen mediante las reivindicaciones. El avance progresivo ha sido gracias a la respuesta a las exigencias sociales.

PAC- ¿Qué legado le gustaría dejar a futuras generaciones de artistas y, especialmente, a mujeres artistas?

Marisa González – Que la mujer puede con todo, pero no puede hacerlo sola, es imprescindible el trabajo colectivo desde las distintas asociaciones. El enriquecimiento profesional y humano crece progresivamente en relación directa a la implicación personal.

PAC- ¿Qué consejo daría a las nuevas generaciones de mujeres artistas interesadas en trabajar con tecnologías y en explorar áreas sociales desde una perspectiva feminista?

Marisa González – Que no se resignen a su condición de mujer, no acepten limitaciones asignadas. La mujer puede y debe incorporarse sin miedo a todos los campos. Puede ser que con más esfuerzo, dado que aún existen muchos prejuicios sociales y la sociedad está demostrando una evolución negacionista y retrógrada que impregna el sentir social (ver el desastre de las recientes elecciones en USA y los recortes en arte en las comunidades gestionadas por el PP para incrementar el presupuesto en la tauromaquia). Pero no por ello deben resignarse, sino más bien hacerse más fuertes para seguir abriendo camino.

PAC- Muchas gracias, Marisa

Etiquetas: Last modified: 11 enero, 2025