Vicente Albero Irles (Novelda – Alicante, 1966). Autodidacta. Con estudio propio desde 1988. Fotografía y arte urbano/rural (@canformiga66). Pasión en todo lo que hace. Arte desde el corazón.

PAC – Te proyectas desde Novelda (Alicante). ¿Te hubiera gustado cambiar de lugar y hacerlo desde allí?
Vicente Albero Irles – La verdad, que cuando era más joven sí soñaba con cambiar de lugar, pero mis circunstancias profesionales y familiares de alguna manera me lo impidieron, así que finalmente desistí y procuré continuar mi proceso creativo-crecimiento personal desde mi pequeño pueblo, Novelda, lugar desde dónde partir y regresar.
Hice el viaje hacia el mundo exterior muchísimas veces. Los viajes fueron mi escuela de vida de y crecimiento personal, una válvula de escape para afrontar cada año la rutina profesional. Una vez entrado en la madurez, allá por el año 2001, decidí dejar de viajar, comprometerme con un proyecto familiar y resolver un conflicto de identidad con mi entorno más próximo y el paso del tiempo. Entonces me planteé crear una memoria gráfica del espacio que me rodea, reflexionando sobre el abandono, la huella y el paso del tiempo, encontrando en lo próximo aquello exótico que andaba buscando por otros mundos.

PAC – ¿Crees que tu trayectoria habría sido la misma?
Vicente Albero Irles – Puede ser que igual no hubiese sido la misma trayectoria. Igual hubiese tenido más oportunidades, pero realmente no es lo que más me preocupa, lo que más me ha interesado siempre ha sido el proceso creativo, esa catarsis a veces obsesiva en el proceso de cada proyecto, las preguntas y respuestas que se generan a través del mismo, y lo sanador y terapéutico de la realización de cada uno de los proyectos en los que uno se enfrasca.
Los artistas o autores de pueblo nos consideramos un poco outsiders, fuera de las corrientes artísticas y del mercado del arte. Tengo grandes referentes y amigos, que trabajan en la misma línea: Enric Ruscalleda, Mario Andreu, Gaspar Li, Fede Mongars, cada uno en su técnica. Para mí, grandes amigos y autores libres de cualquier moda, quizás en este grupo es donde me siento más a gusto.

PAC – ¿Qué te impulsa a dedicarte a la práctica artística?
Vicente Albero Irles – Mi dedicación a la fotografía al principio fue coyuntural. Al nacer en el seno de una familia de fotógrafo, ya de pequeño -finales de los 70, principios de los 80- , yo le echaba una mano a mi padre en el laboratorio, y era fascinante ver como emergían las imágenes.
En el año 1973, mi padre me regaló una cámara, y fue cuando comenzó mi afición. Sería por el año 1985 cuando sentí como una llamada, un vocación al leer el libro Diálogos con la fotografía. Quería, de mayor, ser como los maestros que entrevistaban en aquel libro, y tener una vida de aventuras, con la fotografía como compañera de viaje. Eso sería el principio del camino. Camino de aprendizaje y conocimiento, hasta el año 2001 donde ya tenía experiencia, una mirada propia y un compromiso con mi entorno, mi planeta.

PAC – ¿Qué ansiabas?
Vicente Albero Irles – Al principio, lo que ansiaba era el conocimiento técnico. Entonces no habían escuelas de fotografía. Mi primer maestro fue mi padre, que aprendió a base de prueba error. Más tarde fui complementando mi formación con talleres en la Galería Visor (Valencia), o en Barcelona, a base de workshops de fin de semana. Ansiaba descubrir el mundo, viajar y conocer otras culturas, tener una conciencia global, desarrollar mis proyectos y publicarlos en revistas. Al final, cada viaje resultaba ser un viaje a uno mismo, una manera de entender el mundo que me rodeaba y de entenderme a mí mismo. Ansiaba la libertad, más allá de los formalismos y la rutina local.
PAC – ¿Lo encontraste?
Vicente Albero Irles – Creo que sí, aunque -como decía-, cada viaje al mas allá era cada vez un viaje al interior de uno mismo. Ese conflicto interior me llevó a parar de viajar y viajar en lo próximo. Fue entonces cuando entendí mi cometido como fotógrafo. Surgió una necesidad vital de documentar la huella que dejamos en este mundo a nuestro paso. Lo efímero de nuestras vidas y el paso de tiempo inexorable, inevitablemente todo esto me lleva, a reflexionar sobre la muerte, sintiéndome a veces un poco -al fotografiar mis temas-, como un notario del tiempo, que registra aquellas cosas que desaparecen o están a punto casi. Esa de alguna manera es mi huella, el trabajo que queda.

PAC – ¿Qué crees que puede mejorarse en el Sistema del arte?
Vicente Albero Irles – No sé, puede ser. Como digo, siempre he estado un poco al margen de las corrientes y del mercado del arte, la verdad. La provincia de Alicante no es una plaza dónde se prodigue mucho el amor por el arte. Me refiero a que la gente no suele pisar mucho las salas de exposiciones. Siento un poco que el arte está un tanto institucionalizado, y cada vez creo más en el arte fuera de lugar. El arte, para mí, está en la calle, nos rodea, sólo creo hay que tener un poco de perspectiva, de sensibilidad y emoción para saber encontrarlo, por lo demás están muy bien los museos y galerías, dónde no suele pisar mucho el público, pero donde las obras deben ser vistas, con su tamaño y calidad correspondientes. También, hoy en día, están las redes sociales, desde dónde se puede llegar a más gente, o también sentirse sólo predicando en un desierto. A mi finalmente lo que más me interesa es la edición. El libro como exposición permanente, el made by yourself.

PAC – ¿Qué deberíamos aportar y eliminar al Sistema?
Vicente Albero Irles – Creo que hay que facilitar el arte, que no esté escondido en sus salas, a veces con accesos un tanto intrincados, hay que ponerlo a pie de calle, y considerar a los autores, los cuales también viven, se alimentan y muchas veces tienen que compartir su pasión con otros oficios para poder llegar a fin de mes.
PAC – Asociacionismo profesional ¿qué opinas?
Vicente Albero Irles – Normalmente el mundo de los autores suele ser muy individualista. Como decía, suelo estar muy al margen del mundo del artisteo, pero supongo que siempre juntos unidos se consiguen más cosas

PAC – Háblanos un poco de tu trayectoria.
Vicente Albero Irles – Mis inicios en la fotografía, como comentaba antes, fueron tempranos. Al nacer en una familia de padre fotógrafo, pronto sentí una vocación y necesidad de conocimiento. Abandoné en el bachillerato mis estudios para trabajar en el estudio de fotografía de mi padre, formándome de manera autodidacta y más tarde complementando con cursos o talleres: sobre el control y tiraje de copia en blanco y negro con Manu Serra (Galeria Visor, Valencia). Los talleres con Joaquín Muntaner en Barcelona me abrieron los ojos y dieron el control sobre la luz en estudio,
Al principio tocaba muchos temas: desnudo, arquitectura, reportaje, autorretratos, viajes. Desde el año 1987 hasta el 2002, fue la etapa de viajar, crecer como persona y publicar en revistas como Altaïr Viajes, y Viajes National Geographic, siempre compaginando mi profesión como fotógrafo en el estudio de mi padre, con mis proyectos personales.

Entre 2001 y 2002, decido dejar de viajar para entregarme a la crianza de mis hijos y seguir desarrollando mis trabajos documentales, buscando en lo cercano lo exótico que antes buscaba en otros mundos, desarrollando una serie de proyectos de memoria, (El paisaje – Lo urbano – Lo humano). Rambla Adentro , Retrocomerç, ArtBrossa, In-Visibles son buenos ejemplos de este periodo.
Es en el 2014 cuando reemprendo los viajes, con una conciencia y una madurez que pongo al servicio de unos niños que malviven en un vertedero de basura electrónica en un barrio de Accra (Ghana), sensible a la huella que estamos dejando en nuestro planeta, al consumo exacerbado con la entrada de la era digital, la obsolescencia programada, me enfrasco un una serie de viajes hasta el año 2017, convirtiendo estos viajes en un proyecto solidario y de denuncia social, realizando el proyecto libro Kids Of Copper (Chicos del Cobre).
En el año 2019, gracias a mi hijo, que quiere pintar grafiti, recupero mi antigua afición por el arte urbano, y retomo mis plantillas para darle al paisaje rural abandonado una personal interpretación, pintando mis caminitos de hormigas.
Hoy en día me muevo entre la fotografía y el arte urbano-rural.

PAC – Defínete mediante hashtags o etiquetas.
Vicente Albero Irles – #fotografodocumental #arteefimero #curiosidadyempatia #trabajotrabajotrabajo #fotografiahumanista #amormuchoamor #sense&sensibility
PAC – ¿Cuáles son los temas de tu trabajo artístico?
Vicente Albero Irles – Al principio, como decía, todos los temas me interesaban. Desde el año 2000 mi mirada indaga en la raíz que ancla cada hombre en su entorno, los lazos que nos atan a un lugar, a un paisaje, a una ciudad, apuntan a la fragilidad de los entornos naturales para terminar documentando mi propia fragilidad, apuntando al hombre, en su dimensión individual y colectiva, a través de su huella, de su rastro, de su tránsito, a veces, sencillamente de su ausencia. Lo mío es una mirada minimal que busca la geometría de los encuentros entre lo urbano, lo rural, lo industrial y lo humano. Intento dar sentido a una nueva belleza que no esquiva el curso inevitable del tiempo, lo que en él hay también de fealdad, de deterioro y mutación.
PAC – ¿Algún proyecto, pendiente, que te gustaría realizar?
Vicente Albero Irles – De momento terminar mi proyecto In-Visibles, continuar con la difusión del proyecto Kids Of Copper (Chicos del Cobre), que ahora entra en una etapa expositiva itinerante tras la edición del libro, gracias a la Fundación Mediterráneo. Y encontrar tiempo para seguir pintando mis caminitos de hormiguita.
PAC – Un deseo.
Vicente Albero Irles – Seguir deseando, escuchando, queriendo, amando aquello y aquelles persones que amamos, queremos, escuchamos y deseamos. Mucho amor para todos, todas y todes.
Etiquetas: Vicente Albero Irles Last modified: 5 septiembre, 2023