Inaugurada el pasado martes 21 de abril, la exposición virtual El fin de las razas felices propone un recorrido por la vida y obra del poeta Dionisio Cañas (Tomelloso, 1949) a través de la web de la Fundación Francis Naranjo.
Así, el escritor manchego protagoniza la primera exposición virtual de la Fundación Francis Naranjo, enmarcada en Des_pliegues Des_confinados; proyecto de la Fundación Francis Naranjo (Las Palmas de Gran Canaria) en colaboración con Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (Guayaquil) para fomentar el arte contemporáneo en el binomio España-Latinoamérica.
De sus primeros trabajos, El fin de las razas felices (1987) es un libro de poesía cuya épica apocalíptica y toques surrealistas sirven como origen del título de la exposición virtual. Aquellas razas felices que menciona el poeta senegalés Léopold Sédar Senghor son nada más y nada menos que la población blanca; la cultura occidental que oprime al continente africano desde hace milenios. Por tanto, el hecho de que las razas felices ya no existan simboliza el reencuentro y la fusión armónica de las distintas culturas del mundo en el universo creativo de Dionisio Cañas. En suma, se trata de una exposición con un trasfondo intercultural en la línea de la Fundación Francis Naranjo y el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil.
El poeta trabaja de manera multidisciplinaria, cultivando la poesía tradicional y declamada, la videopoesía y la performance. Así, la mezcla de la literatura y los medios audiovisuales es una constante en las últimas décadas de su carrera. En palabras del propio Dionisio Cañas, ‘’[y]o toco muchas teclas, pero todas son del mismo piano, la poesía. Por poesía no entiendo solamente la escritura sino el arte, las acciones, la contemplación, las performances, las colaboraciones con otros creadores; como en mi caso con Francis Naranjo (artista multidisciplinar), José Manuel López López (compositor), Iván Pérez (artista) y Montserrat Soto (artista), entre otros’’…
A colación de los videopoemas, reflejan prácticas que combinan el recurso visual con la poesía recitada, la poesía fonética y la poesía sonora. Es imposible no remitirse al artista dadaísta Hugo Ball y su poema Karawane (1917) apreciando el valor sonoro de obras como Flores y frutos (2003). En este videopoema, Cañas dice palabras malsonantes variando el tono y la velocidad para incidir en la estética que produce la voz. Para acompañar a los insultos, se suceden vídeos de flores en negativo que el artista grabó de forma experimental. Tal y como afirma el poeta, ‘’[u]n día, estando yo solo pasando una temporada en mi ‘’bombo’’ (refugio rural de piedra que tengo en La Mancha) se me ocurrió usar en la opción vídeo de mi cámara digital de fotografiar y, a la vez que grababa flores del entorno del bombo (usando un efecto especial que hacía aparecer las flores en la pantalla como muy artísticamente), decía palabras que nada tenían que ver con las flores y que, por el contrario, eran tan vulgares que entraban en directo conflicto con la belleza de las imágenes’’.
Refiriéndonos a las performances, la exposición plantea una encuesta interactiva donde el público se convierte en crítico de arte, evaluando la acción titulada ¿Es esto una obra de arte? Así, cada visitante observa las fotografías de la perfomance que llevó a cabo Dionisio Cañas en el Centro de Holografía y Artes Dados Negros: sede de la Fundación Pepe Buitrago. Abarcó una acción donde el poeta ha tendido unas camisetas rojas adornadas con folios de papel que unidos forman la pregunta ¿Es esto una obra de arte? Después, realizó un referéndum invitando al público a votar y manifestar su juicio sobre la obra. Ahora, la performance ha sido adaptada a los tiempos de confinamiento para que todas y todos podamos opinar desde nuestros hogares.
Además, Dionisio Cañas fue miembro del grupo artístico Estrujenbank, realizando proyectos junto a sus compañeras y compañeros que han tenido eco en las colaboraciones más recientes del poeta. Entre las últimas creaciones, podemos ver su trabajo con el citado artista Francis Naranjo en Conchetumare (2018). Aquí, el poeta articula las remotas voces del pasado de la Tierra y de la humanidad mientras una bandera negra ondea sobre el desierto de Atacama. La voz de Cañas nos recuerda a los posibles murmullos de aquellos seres marinos que habitaron la zona en el fértil Jurásico. También al lenguaje ágrafo de los pueblos prehistóricos que residieron allí muy posteriormente, antes de la desertización. De igual modo, la voz remite a la palabra chilena conchetumare o concha de tu madre. A pesar de tratarse nuevamente de un insulto, Francis Naranjo y Dionisio Cañas han convertido la expresión en una forma de dignificar nuestro origen: la vulva de la madre humana y a su vez el seno de la Madre Tierra.
En definitiva, la muestra virtual El fin de las razas nos permite acceder a un mundo en el que la sensorialidad y la reflexión estética vienen de la mano de la poesía vanguardista de Dionisio Cañas.
Andrea García Casal, miembro de la Fundación Francis Naranjo.
Etiquetas: Dionisio Cañas Last modified: 4 mayo, 2020
El cuestionamiento de nuestro entorno, como naturaleza o sonidos, a través de palabras que son conceptos y música a la vez, es un ejercicio válido dentro de la esfera del arte. Felicitaciones a Cañas y a Francis Naranjo que enriquecen los aportes del MAAC a la comunidad guayaquileña en medio de la crisis de la emergencia sanitaria