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Carlota Pérez de Castro

Written by: arte Galerías de arte Madrid

La Huella del Flamenco por Carlota Pérez de Castro

Recientemente, ha abierto sus puertas un nuevo espacio en Carabanchel (Madrid) bajo la dirección de Óscar Manrique. Un lugar, situado en la calle Cañete,19, ha nacido como un espacio curatorial, un punto de encuentro vivo y dinámico en constante transformación, donde se entrelazan el arte, el diálogo y la colaboración entre los diversos agentes que conforman el panorama cultural.

El espacio estrena el año con la exposición «La Huella del Flamenco» de la artista multidisciplinar Carlota Pérez de Castro (Madrid, 1998), una innovadora propuesta que entrelaza la pasión del baile flamenco con la expresión pictórica contemporánea.

La muestra, comisariada por el curador e historiador del arte Óscar Manrique, explora la interacción entre el movimiento del baile flamenco y la pintura, donde los bailaores, a través de sus danzas, actúan como pinceles vivientes que plasman su arte sobre el lienzo. Cada actuación se convierte en una performance única que captura la esencia y la emoción del flamenco, materializándose en obras pictóricas que reflejan la intensidad y la profundidad de esta tradición cultural.

A continuación, podéis leer el texto del comisario sobre el proyecto titulado Danzar la pintura:

No es la primera vez que el arte flamenco, con toda su fuerza y profunda carga emocional, encuentra su reflejo en la mirada sensible de una pintora. A lo largo de la historia, han sido numerosos los artistas que han inmortalizado la esencia del flamenco a través del pincel, capturando en sus obras las formas, los colores, las expresiones y el inconfundible sentimiento que define este movimiento. Sin embargo, hay vivencias e intimidades que son más difíciles — aunque no imposibles— de contener en una imagen estática, un gesto, una mirada, la fuerza de un taconeo o el ritmo de las palmas. El trabajo de Carlota Pérez Castro consigue atrapar estas energías, encontrando su tono y su pigmento, capturando su aura. Así, las actitudes se convierten en formas, los gestos en materia, o viceversa, pues el amplio abanico de disciplinas que domina esta artista le permite entretejer la gracia, la elegancia y la expresión que comparten ambos mundos, el escénico y el plástico.

La tradición flamenca nos habla también de cierta fuerza interior, de la pasión y de una conexión equilibrada con el mundo emocional y, si de algo trata la pintura abstracta, es de emoción, de lo intangible, de captar todo aquello que nos transmiten estas bailaoras y que Carlota logra destilar como si fuera una alquimista en busca de lo inasible del mundo; «improntando» el embrujo, el sedimento exacto entre el alma y la materia que invita a todo observador a sentir, a comprender e incluso a habitar este acontecimiento performático.

La pintura, llamémosla «experiencial», de Carlota Pérez Castro, se convierte en un vehículo para comprender este elegante espectáculo, integrándolo en nuestra propia narrativa emocional a través de lo que verán nuestros ojos en el acto, pero también haciéndolo perdurar a través de unos vestigios que se convertirán en las obras pictóricas. No se trata únicamente del instante percibido de la performance, sino también del registro de su presencia. Esta perdura, al convertirse el tablao en soporte, el suelo en horizonte y el movimiento en algo que ya no solo queda en nuestra mente, sino en el propio lienzo, encontrando así la armonía entre lo que no vemos y lo que vemos. Y es que su «pintura experiencial», con las sutiles y gráciles intervenciones sobre la huella por parte de la artista, tiene un origen teatral, por lo escenográfico del evento, así como por el diálogo puro y directo que se produce con quien contempla el lienzo final, que sin haber estado presente en lo sucedido previamente, entenderá con lo justo todo la magnitud de lo que habrá sucedido. Al final, el lienzo se vuelve un mapa de aguas calmadas, del rastro de las emociones liberadas que quedan tras el dramatismo de la tormenta; una imagen que se nos hace a la vez exótica y local, pues en ese espacio intermedio es donde ha vivido siempre el flamenco.

Óscar Manrique

Fechas: Del 31 de enero al 16 de febrero de 2025
Lugar: Un lugar, Madrid

Etiquetas: , , Last modified: 26 enero, 2025