El Museu Tàpies presenta por primera vez una gran retrospectiva de la artista Marta Palau (Albesa, Lleida, 1934 –Ciudad de México, 2022), que, bajo el título Mis caminos son terrestres, incluye dibujo, pintura y algunas de sus grandes instalaciones textiles, en diálogo con objetos y materiales de su archivo personal que nunca han sido expuestos.

El conjunto se presenta como una red de cuerpos/obras estructurados a partir de dos ejes principales que cohabitan desde sus contrarios: la idea de la tierra vinculada al exilio y a la acogida, entendida como herida y cicatriz, y la idea del cuerpo, que representa el dolor del migrante y la pérdida, pero también la sanación y la posibilidad de generar vida. Es interesante darse cuenta de que, en Palau, todo se filtra a partir de su propia biografía, una experiencia que, además, se expande y continúa vigente a través de los conflictos que caracterizan a nuestra contemporaneidad, así como de sus posibilidades de transformación.
Marta Palau. Mis caminos son terrestres presenta las cuestiones centrales en la obra de esta artista: la migración, la memoria y la tierra. La simbología de sus piezas, a través de la representación del ojo, la mano y el pie, nos lleva a generar las cosmologías de cielo, tierra y raíces. La finitud del cuerpo físico deja un rastro que interpela a una memoria que lo traspasa para instalarse en la memoria de los imaginarios colectivos.

La exposición, en coproducción con el Museo Universitario Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional Autónoma de México, viajará en otoño a la sede mexicana. El proyecto constituye la primera gran muestra a escala internacional tras el fallecimiento de la artista catalana, que en 1941 se exilió a Tijuana con sus padres a raíz de la dictadura franquista.
La muestra recibe al visitante con dos obras clave en la trayectoria de la artista: Cascada (1978) e Ilerda V (1973), un tapiz tejido en telar que lleva el nombre romano de la ciudad de Lleida, a la que Palau vinculaba su interés por este soporte: «Yo empiezo con los materiales; una vez tengo los materiales, ellos me van diciendo cómo… Tiene que ver con mis orígenes. Yo nací en un pueblecito de campesinos, Albesa, y la tierra es lo más importante, la tierra es sagrada. El tapiz me llegó por ahí.»
El viaje a través del universo de Marta Palau permite a los visitantes de la exposición descubrir sus fetiches, las Naualli —que en lengua náhuatl significa ‘mujer protectora’, ‘mujer de visión’ o ‘mujer de poder’—: Naualli mano poderosa (2005); Doble muro (2006), que representa la figura de una persona inmigrante muerta rodeada de siete escaleras a ambos lados; figuras más humanas realizadas con pies de raíces y cabezas de caparazón de armadillo, como Guerrero caído (1999), o las instalaciones de pies de cerámica que apuntan a los rastros de los movimientos de personas en Nómadas II (1998).

La relación de la artista con el textil se originó por contacto con ciertas tradiciones ancestrales del continente americano. Palau viajó a Cataluña en 1968, y su aprendizaje junto a Josep Grau-Garriga, maestro textil que había colaborado con Joan Miró y Antoni Tàpies, entre otros, sería decisivo para profundizar en la técnica del tapiz en aquel viaje de descubrimiento de la tierra de sus padres, donde ella había nacido, tan presente en la denominada segunda generación de exiliados y con la que tenía una poderosa conexión. A lo largo de su trayectoria, Palau desarrolló diferentes facetas, entre las que se incluyen la creación de estructuras para apoyar el arte y a los artistas en México, y recibió un amplio reconocimiento en algunos de los grandes eventos artísticos de Sudamérica, como la Bienal de São Paulo o la Bienal de La Habana, entre otros muchos.
El proyecto de investigación se completa con una publicación que analiza la obra de la artista y su contexto social y político con textos de Imma Prieto y Amanda de Garza, así como de Maria Josep Balsach, Cuauhtémoc Medina, Natalia de la Rosa y María Dolores Jiménez Blanco; y con una amplia y diversa propuesta de programas públicos y educativos que incluyen ciclos de cine, seminarios, sesiones performativas, jornadas familiares, visitas para todas las edades y etapas educativas y formaciones para docentes, entre otros.
Con la exposición Marta Palau. Mis caminos son terrestres, el Museu Tàpies quiere ahondar en aquellos artistas que fueron y son parte de la historia y a quienes los discursos hegemónicos no han concedido un espacio desde el que enunciarse. El museo se convierte en un espacio diverso y que posibilita otras voces y otras miradas al mundo, hasta ahora silenciadas o excluidas. La comisaria de la exposición y directora del Museu Tàpies, Imma Prieto, apunta: «El trabajo de Marta Palau restituye nuestra memoria, nuestra historia. Se enmarca dentro de una de las líneas de trabajo institucional con relación a la recuperación histórica a la vez que dialoga con Tàpies, y nosotras seguimos trabajando el presente […] abriendo espacios de reflexión y resistencia, pensando el arte como acción de defensa y transformación, tal como lo concebía Marta Palau y como el mundo precisa con urgencia.»
Marta Palau. Mis caminos son terrestres
Fechas: Hasta el 17 de agosto de 2025
Lugar: Museu Tàpies, Barcelona