Tras presentar MI JOB en el ICPNA de Perú hace unos meses y casi recién aterrizados de Artissima, artista y galeristas vuelven a la capital madrileña con esta exposición individual del artista navarro José Castiella. La exposición se inaugura este jueves 14 de noviembre en la galería PONCE+ROBLES, situada en el Barrio de Las Letras (Calle de la Alameda, 5 – Madrid), donde podrá verse hasta el próximo 7 de enero de 2025.
A continuación, os dejamos el texto que Inés Alonso Jarabo ha escrito para dicha exposición:
“6.522. Hay, ciertamente, lo inexpresable, lo que se muestra a sí mismo; esto es lo místico.1
Un crujir de la madera, una sombra que se mueve tras la ventana o el montón de ropa sobre la silla son sólo esto bajo la luz de la razón, sin embargo, hay ocasiones en las que juraríamos haber visto algo, o al menos haberlo sentido. Ciertos fenómenos adquieren en ocasiones vida propia, como una realidad paralela que se manifiesta ante quien la contempla, como los seres de las pinturas de José Castiella. Estos entes se presentan al artista como fruto de una investigación y observación de la propia pintura, no en un efecto de pareidolia sino en un tratamiento narrativo de la mancha. En su obra, Castiella juega con el azar y la exactitud a partes iguales para cuestionar nuestra cosmogonía, nuestro modo de entender lo que nos rodea, recuperando elementos de la cosmovisión cristiana que tanto nos ha influido. Una revisión moderna y personal de esta historia que el autor acerca al imaginario de la contemporaneidad con el uso de escenarios más propios de la ciencia ficción, creando un mundo surrealista en el que el expresionismo habita el estructurismo2.
En esta cosmovisión, y en nuestra episteme general, Dios es el creador de todo, él nos hace a su imagen y semejanza y por ende nosotros somos subcreadores, portadores de una creatividad dada. Entorno a este concepto de subcreación se erige toda la antropología y teología literaria de Tolkien, sin duda uno de los padres de la fantasía de nuestra era, siendo este concepto de subcreación algo que vemos reflejado en la obra y sobre todo en el discurso de Castiella. Estos mundos de fantasía, los de Castiella o los de Tolkien, son reales pero sencillamente no están en nuestro registro; penetrar en ellos supone apuntar a la verdad, entrar en una experiencia de un tipo de belleza casi mística, trascendente y evocadora con un toque de nostalgia, como cuando echamos de menos algo que aún no hemos conocido. Esa subrealidad es traída a escena por Castiella con esa mezcla que tan bien hacen los Coen en su cine, una caricatura de la realidad entre lo siniestro y lo tierno. Este artista, como cualquier verdadero autor de subcreación, no tiene un plan concreto a la hora de ejecutar su proyecto pues es la verdad la que toma las riendas de una imaginación que se deja llevar por esos submundos que habitan en y entre nosotros. “La obra va primero” sentencia Castiella, “no me gusta estructurarlo todo, quiero dejar espacio a la creación, al azar… Primero va la obra”. Esto es algo que ocurre a quienes saben escuchar, a quienes saben observar y sentir lo que la realidad nos dice, ese inexplicable de Wittgenstein que no podemos describir pero está. Puede ser la pintura o puede ser Dios pero hay algo que guía a estos artistas, les habla, como la llama imperecedera de Ilúvatar. El azar ordenado en perfectas perspectivas no deja de hablar a Castiella que como Escher, encuentra en la conciencia de su presencia una suerte de paz interior3.
Con sus propios códigos narrativos y estilísticos, José Castiella nos adentra en este universo de azar y exactitud matemática. El manifiesto surrealista que ahora cumple su primer centenario, anunciaba la experiencia artística como una aventura para el alma, una aventura espiritual. “Tanto va la fe a la vida, a lo que en la vida hay de más precario – me refiero a la vida real – que finalmente esa fe se pierde”, así comienza ese manifiesto. Con Mi Job, os invitamos a recuperar la fe, a ver más allá de la fría realidad y a disfrutar de lo que no se puede explicar.”
José Castiella estudió Bellas Artes en la Universidad del País Vasco y después completó su Maestría en Bellas Artes en la Goldsmiths College en Londres. Actualmente vive y trabaja entre Madrid y Pamplona. Ha participado de exposiciones individuales y colectivas en España, UK o México como Proyectos Injuve 2017 (2018), Patio Herreriano de Valladolid (2014), Goldsmiths MFA Fine Art Degree (Londres, UK, 2014), Zona Arte Joven (Baluarte, Pamplona, 2013), Encuentros Navarra 2011 (Centro Huarte de Arte Contemporáneo), o Bedscapes (Guggenheim Bilbao, 2009). Su trabajo se ha visto en ferias de arte contemporáneo internacionales, como London Art Fair (UK), Material (México DF) o Casa Leibniz (Madrid).
Fechas: Hasta el 7 de enero de 2025
Lugar: Ponce+Robles, Madrid
1 L. Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus, Alianza, Madrid 1973, p. 203.
2 “El estructurismo explora ahora la organización visual-táctil del color real y de la forma en el espacio y la luz (…) El arte estructurista ha reinstaurado lo tangible y lo táctil como un arte visual-táctil. No quiero decir que la percepción de un relieve estructurista se logre con las manos o el sentido del tacto, sino más bien que el relieve es cenestésicamente táctil”. “Notes on structurist process”, en Hill, A., Data: Directions in art, theory and aesthetics, Londres, Faber and Faber, 1969, p. 196
3 “La lógica de los fenómenos que hay a nuestro alrededor, orden, regularidad, repeticiones cíclicas y renovaciones, ha comenzado a hablarme cada vez con más intensidad en todo momento. La conciencia de su presencia me trae reposo y me brinda apoyo: En mis grabados, intento dar testimonio de que vivimos en un mundo hermoso, ordenado, y no en un caos sin normas, como parece algunas veces. A menudo, mis temas son muy festivos también. No puedo dejar de perder el tiempo con nuestra convicción incontestable. Es un placer, por ejemplo, mezclar deliberadamente dos y tres dimensiones, planas y espaciales, y ridiculizar la gravedad.” M.C. Escher en su discurso al recibir el Premio de Cultura de la Ciudad de Hilversum, 5 de marzo de 1965.