Al igual que Homero, encantado por las sirenas en el Iliade, el artista uruguayo Nicolás Sánchez alias Alfalfa estaba embrujado por los misterios del fondo marino. Se embarcó en una expedición marina gráfica y creó su propia mitología marina para sorprendernos.
En las paredes de ciudades del mundo, este artista urbano representa la inmensidad, la aventura, la libertad y el descubrimiento como un viaje iniciático. Los rasgos sutiles de sus personajes en blanco y negro son su libertad para capturar los monstruos marinos. Alfalfa cuenta las fascinantes historias de sirenas, tritones y triterpes; mitad humano- mitad pez. En su nuevo trabajo presentado en el Museo Zorrilla de Montevideo, expuso “Árbol genealógico de sirénidos posibles e imposibles”. Como un historiador o un genealogista, nos presenta a la familia de seres míticos.
Lejos de provocar una repulsión, estos cuerpos fantásticos se entrelazan armónicamente a la imagen de los dioses que reinaron sobre sus dominios. Este joven artista toca al espectador permitiéndole bañarse en un universo misterioso y divinatorio. Este trabajo gigante cobra vida ante nuestros ojos. Este universo muy rico devora las paredes del museo, pero también los de la ciudad, su ámbito principal. El trabajo de Alfalfa intriga. Estos seres, venidos de otro tiempo, en todo poder, son frágiles. El tiempo los borrará, pero seguirá siendo, para los habitantes, esta «extranjerización del espacio público», según Denis Delbaere.
Estas grandes figuras mitológicas, a veces dramáticas, favorecen un intercambio en la ciudad. Alfalfa renueva lo sensible en el paisaje urbano contemporáneo. Sus obras crean efectos sensibles como un poder sobrenatural. Las paredes de la ciudad se han convertido en el teatro de un mundo en el que los pinceles del joven artista urbano Alfalfa son los instrumentos de un antropomorfismo excepcional.
La galería de Nicolás Alfalfa está compuesta por seres «normales», el espectador y «extraños» que viven juntos y se entienden. Estas criaturas metafóricas de otro mundo y de otro tiempo son un reflejo del hombre. Este mundo mágico, invisible y misterioso lleva dentro la imagen de la naturaleza humana. Repensar el lugar de los mitos en la sociedad también significa tomar distancia de lo que hace al hombre.
De hecho, el mito captura las pulsiones más secretas, las más virulentas del individuo y las más problemáticas de la existencia social. Louis Bardollet, profesor francés, «él verá que los adornos suntuosos de la épica, no desviaron a Homère -y algunas veces lo permitieron- para expresar, lejos de cualquier doctrina, e incluso de cualquier concepción clara de un mundo que permanece y siempre permanecerá, en última instancia, lo que es, el aliento incomprensible y, sin embargo, real que hace que el hombre sea el hombre.
Etiquetas: Alfalfa, the nomad creative projects Last modified: 31 enero, 2018
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