El CAC de Málaga acoge la exposición “Tríptico de Málaga” de Abraham Lacalle, un proyecto diseñado específicamente para el espacio central del museo y en el podrán verse tres lienzos de gran formato y diecisiete dibujos que abarcan una misma temática: los campos de batalla, pero no estrictamente en un sentido bélico, si no trasladando la guerra a las luchas internas del individuo en la relación que mantiene con el exterior.
Fernando Francés, director del CAC Málaga, explica sobre el artista: “Lacalle plantea en su obra un juego de términos duales, no necesariamente antagónicos, que incita a enrolarse en viajes entre el interior y el exterior de cada persona. Más que viajes son periplos no exentos de aventuras y sorpresas que contribuyen a hacer de ese trabajo, una experiencia verdaderamente emocionante. Como otros artistas españoles del final del siglo XX, y también de nuevas generaciones del XXI, él es heredero de la tradición pictórica española que despertó a mediados de los años ochenta, con un giro hacia la abstracción y recogiendo testigo de los grandes movimientos sociales de la época. El artista se escuda en estos sentimientos para proponer una crítica ácida y comprometida de la situación social actual. La sobreexposición en los medios de comunicación, la voracidad de la cultura de la imagen capaz de sepultar cualquier argumento, en definitiva, con las armas que tiene, usa toda la artillería para evocar una reflexión sobre temas pendientes, cuestiones sin resolver, que coexisten en la sociedad actual”.
En sus ‘campos de batalla’ el artista insinúa un viaje que comienza con un autoanálisis para terminar sucumbiendo ante la realidad social que, a su juicio, en estos momentos vive una situación devastadora. Los tres grandes lienzos documentan visualmente este periplo del ser humano con los recursos ya conocidos del artista, como es la generosidad en el uso del color, elementos autobiográficos e incluso se permite alguna licencia para darle un sentido irónico y sarcástico.
Lacalle forma parte de la generación pictórica que surgió en la década de los ochenta. A lo largo de su trayectoria, el artista ha abordado diferentes temáticas y en sus últimos trabajos ha ejercido una crítica hacia el estado psíquico de la sociedad, que a su juicio es menos activa y demasiado hedonista. Para él, la pintura es una forma de canalizar diferentes estadios, como son la indignación, ambición o las ilusiones. En definitiva, es un vehículo de comunicación social.
A través de su pintura ha conseguido llamar la atención y buscar cierta liberación. Su obra es variada en estilos, que van desde lo figurativo a lo abstracto. Otro rasgo que define su trabajo es el uso del color, con el empleo de tonos llamativos. Lacalle ha confesado que desde pequeño estaba obsesionado con los colores y que es una herramienta para dotar de profundidad su obra. En los lienzos parece que la pintura no se termina en los márgenes físicos del cuadro, dando continuidad a sus historias más allá de lo que puede apreciarse a golpe de vista, invitando a una reflexión individual sobre el entorno más inmediato, convirtiendo al espectador en un agente activo en todo el proceso artístico.
No sólo el entorno social, también aborda otros temas, como son los grandes movimientos artísticos y literarios del siglo pasado tratados desde una perspectiva sarcástica. En su trabajo se aprecian referencias literarias, que más tarde se plasman en sus cuadros, y a autores como Jack Kerouac, Cormac McCarthy o Thomas Bernhard.
Artista: Abraham Lacalle
Fechas: Del 16 de enero al 15 de marzo de 2015
Lugar: Centro de Arte Contemporáneo, Málaga