En esta nueva entrega de Detector de Artistas nos acercamos al trabajo del artista Pablo Hablo. Hablamos con el sobre su manera de entender el arte, los pasos que ha ido dando en su trayectoria artística, los conceptos que marcan su trabajo y sus próximos proyectos. No dejes de leer.

¿Cómo fueron tus inicios como artista?
Mis inicios en la expresión plástica comenzaron muy temprano, cuando me enamoré del graffiti con apenas 8 o 9 años. Durante los siguientes años, estuve pintando letras y graffiti en muchos lugares, hasta que en 2009 me matriculé en el Grado de Diseño Gráfico. Ese fue el momento en que descubrí la tipografía y la ilustración, y empecé a ver que había otros mundos más allá del graffiti.
A medida que el diseño alimentaba mi inquietud artística, mi interés por el graffiti se fue ampliando hacia otras áreas como el diseño de marcas, el diseño editorial y la publicidad. Poco después me mudé a Madrid, donde también me familiaricé con el mundo del tattoo. Para 2015, toda esta mezcla de estilos y disciplinas me llevó, casi inconscientemente, a crear mis primeras ilustraciones. Empecé a jugar con el blanco y negro, influenciado por las esculturas griegas, añadiendo textos crudos y directos sobre lo que sentía y experimentaba.
Con el tiempo, esta evolución me permitió desarrollar mayor técnica e interesarme cada vez más por el mundo del arte. Mi obra se ha visto influenciada por el retrofuturismo, la nostalgia de los 90, y he creado un estilo propio con el que transmito mi visión del mundo actual.

Háblanos sobre tu trayectoria.
Actualmente, mi trayectoria se centra en la fusión de lo analógico y lo digital. Es una exploración que busca cuestionar la relación entre la humanidad y la tecnología en un mundo cada vez más digital. A través de mi obra, intento generar una reflexión sobre cómo integramos la tecnología en nuestras vidas, y qué se pierde o se gana en este proceso.
Con el tiempo, además de mantener un diálogo constante con mi audiencia a través de la experimentación artística, trato de rescatar esos recuerdos de una vida más analógica y los primeros estímulos digitales. Pinto de manera tradicional, aunque con el apoyo de herramientas tecnológicas, recreando elementos propios del mundo de las pantallas, como los píxeles, los errores informáticos o las influencias del Futurismo. Todo esto, junto con el estilo brutalista, me ayuda a crear una obra que, de alguna manera, refleja una nostalgia por el pasado.

¿De tu trabajo qué obra destacarías?
Mis obras favoritas siempre son las más recientes que pinto, ya que son las que más ilusión me generan en ese momento, y eso les da un valor especial. Sin embargo, si tuviera que destacar una, diría que “Smoking is Sexy” es una de mis favoritas. Tiene ese toque nostálgico y brutalista que define mucho mi estilo.

¿Qué temáticas están presentes en tu trabajo?
Mi trabajo se centra en gran medida en la nostalgia y el Retrofuturismo, aunque la figura femenina es un elemento recurrente en mis obras, así como la influencia estética de la arquitectura soviética. Últimamente, he estado muy enfocado en reflejar procesos digitales de forma analógica, tomando inspiración de escenarios de videojuegos antiguos, los primeros robots del cine, y estilos musicales como la Electrónica, el Postpunk y el Darkwave.

¿Cómo es tu proceso artístico?
Mi proceso creativo es bastante ordenado y estructurado en etapas. Comienzo trabajando una idea de forma abstracta: formas, composiciones, sin tener aún claro cómo será el resultado final. Luego busco fotografías que me gusten y, con la ayuda de programas de edición, las voy modificando y creando una composición propia, al mismo tiempo que empiezo a pixelar y deformar los elementos. Si me convence la composición, sigo adelante; si no, borro y empiezo de nuevo.
Cuando la composición me gusta, juego con los planos de color y finalmente añado los detalles que complementan la historia que quiero contar.
Una vez que tengo la composición digital, la paso a plantillas de colores, hechas con vinilo de corte. Aunque este proceso puede ser laborioso, me gusta porque me ayuda a desconectar. Aplicamos las plantillas sobre el soporte, que en este momento es Alucobond. Colocamos los vinilos de corte, pintamos con spray y retiramos, de forma similar a una plantilla tradicional, pero con un acabado mucho más limpio.
Después de aplicar los colores y corregir errores, añado algunos detalles finales y barnizo la obra. En resumen, el proceso creativo se da en etapas previas al lienzo; la inspiración surge de un trabajo constante de exploración, de observar y absorber influencias de todo lo que me rodea.

¿Qué es el arte para ti?
Definir el arte es complicado, ¿no? Es el eterno debate, jeje. Si digo que el arte es el dinero, suena mal, ¿verdad? Pero déjame explicarlo:
Para mí, el arte tiene dos caras. Por un lado, está la perspectiva del artista, cuyo único propósito es crear, divertirse, expresar sus inquietudes… Casi nadie que comienza joven lo hace pensando en el dinero o en vivir de ello. Luego, conforme creces y mejoras, te das cuenta del otro lado del arte: las galerías, los coleccionistas, y descubres que, tal vez, sí es posible vivir de ello. Pero en ese mundo hay reglas: rentabilidad, economía, moda, política, y cómo tu obra puede encajar en todo eso.
Creo que el arte es el punto en el que convergen esos dos mundos, porque ambos se necesitan mutuamente.

¿Puedes adelantarnos algo de tus próximos proyectos?
Ahora mismo en el estudio estoy investigando con nuevos materiales y acabados, explorando técnicas que iré mostrando a medida que los resultados me gusten. Por otro lado, con mi agente, Manu de 4Leaf, estamos intentando dar el salto al otro lado del charco y ver cómo podemos organizar algo en Estados Unidos. Me encantaría llevar mi obra allí y ver cómo es el mundo del arte por esas tierras. Mientras tanto, Manu, que es quien se encarga de esto más que yo, está gestionando nuevos murales y colaboraciones con marcas, y compartiremos los resultados a través de Instagram, tanto en el perfil de Pablo Hablo como en el de 4Leaf.