El Centro Botín presenta la exposición Me paraliza la esperanza, de la reconocida artista neoyorquina Roni Horn. De orientación conceptual, la muestra incluye fotografías, esculturas, dibujos y una performance, abarcando tres décadas de su carrera e incluyendo, en primicia, una nueva serie de sus icónicas piezas de vidrio, siendo además la primera vez que se expone su serie LOG (REGISTRO) en un centro de arte.
La exposición ha sido concebida por la artista en estrecha colaboración con Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de Exposiciones y de la Colección del Centro Botín, que además es comisaria de la misma, y responde a los espacios, la arquitectura, la luz y el flujo de visitantes del Centro Botín.
El título, Me paraliza la esperanza, es una frase tomada de una de las obras recientes de Horn (LOG) que la artista escuchó en un sketch de la humorista Maria Bamford en YouTube. En este sentido, Roni Horn afirma que “la esperanza es, entre otras cosas, una táctica de supervivencia. Es el subtexto ininterrumpido de la vida, que presupone un futuro. Es una manifestación del impulso innato de seguir viviendo, respirando, moviéndonos, deseando… Me paraliza la esperanza es, al mismo tiempo, un silencioso e insidioso rumor y un grito incesante”.
Obras presentes en la exposición Roni Horn. Me paraliza la esperanza
Una de las primeras piezas que encontramos en la exposición es a.k.a. (2008-2009), una serie de fotografías con 15 pares de retratos de la artista extraídos de archivos personales y familiares, una obra que habla de la multitud que habita en cada uno de nosotros y de la ambivalencia del yo.
En Still Water (The River Thames, for Example) (1999), encontramos una serie de 15 fotolitografías a gran escala centradas en el tramo del río Támesis que atraviesa Londres. La obra cuenta con anotaciones de Horn sobre anécdotas, hechos, citas, observaciones empíricas y pensamientos personales relacionados con el río londinense, incluidos casos de suicidio extraídos de recortes de prensa, informes policiales y relatos de testigos presenciales, lo que suscita reflexiones sobre el vínculo indivisible que existe entre todas las masas de agua y la continuidad que se aprecia entre la vida y la muerte.
Gold Mats, Paired (For Ross and Felix) (1994-2003), una delicada escultura posada sobre el suelo de la sala compuesta por dos láminas rectangulares de oro puro, una obra que Horn dedica a su difunto y buen amigo, el artista Félix González-Torres, y a su amante, Ross Laycock, y que hace alusión al amor, el duelo y la amistad.
This Is Me, This Is You (1997-2000), formada por dos cuadrículas de 48 fotografías de la sobrina de Horn tomadas a lo largo de un periodo de tres años y presentadas en paredes enfrentadas. Portrait of an Image (with Isabelle Huppert) (2005-2006), una cuadrícula que muestra un centenar de retratos de la actriz francesa representando las distintas personalidades de sus personajes de ficción.
Th Rose Prblm (2015), una obra compuesta por 48 dibujos distintos que ofrecen iteraciones de dos frases —“a rose is a rose is a rose”, del poema de Gertrude Stein Sagrada Emilia (1913), y la expresión “smelling like roses”, que en español equivale a cubrirse de gloria— escritas a mano, recortadas y entrelazadas para obtener todos los resultados posibles. En ella, el juego con el lenguaje adoptado por Horn da sentido al sinsentido, trazando una metáfora sobre la naturaleza cambiante de la identidad.
También encontramos algunas de sus obras más recientes, incluyendo algunos trabajos inéditos de LOG (March 22, 2019-May 17, 2020) (2019-2020), una serie que presenta 406 láminas dibujadas por Horn que funcionan como un registro diario de observaciones y sucesos cotidianos que han definido la sensibilidad y la voz de la artista.
Untitled («The tiniest piece of mirror is always the whole mirror») (2022). Aquí, cada escultura — cilíndrica y con el extremo superior cóncavo, liso y reflectante— se comporta como un ojo que observa el entorno. Horn juega con la tensión de la materialidad del vidrio, que no es ni sólido ni líquido, sino que sus átomos se encuentran en un perpetuo e imperceptible movimiento. Así, la artista utiliza esa dualidad innata para indagar en los estados del agua, explorando conceptos como la identidad, el significado y la percepción.
Roni Horn
Desde 1975, Horn ha viajado a menudo por los remotos paisajes de Islandia. Esas experiencias de soledad, en un paisaje geológicamente joven, han ejercido una importante influencia en su vida y en su actividad. Sus obras estudian la mutabilidad del agua, el clima y el paisaje, desmintiendo la posibilidad de estados fijos, de estabilidad… y existiendo, pues, en un universo andrógino. Si bien la obra de Horn no aborda directamente la política identitaria ni la emergencia climática, es evidente que esos debates tan urgentes impregnan su trabajo de una manera discretamente radical. En su práctica artística, llena de rigor intelectual y profundidad emocional, Horn reflexiona sobre los procesos del devenir en relación con la identidad y la ubicación.
Horn ha expuesto en solitario en Kunsthalle Basel (1995), Centre Pompidou (2003), Tate Modern (2009), Whitney Museum of American Art (2009), Kunsthaus Bregenz (2010), Hamburger Kunsthalle (2011), Fundació Joan Miró Barcelona (2014), De Pont Foundation, Tilburg (1994, 1998, 2016), Fondation Beyeler (2016, 2020), Glenstone Museum, Potomac, Maryland, EE. UU. (2017), Pinakothek der Moderne, Múnich (2018), The Drawing Institute at The Menil Collection, Houston, Texas, EE. UU. (2018-2019) y Pola Museum of Art, Hakone, Japón (2021-2022). Horn ha recibido numerosos galardones, como tres becas de investigación NEA, una beca de investigación Guggenheim (1990), el premio Alpert (1998) y el Joan Miró (2013).
Fechas: Del 1 de abril al 10 de septiembre de 2023
Lugar: Centro Botín, Santander