La Galería BAT Alberto Cornejo comienza el año presentando el trabajo más reciente del artista Rubén Martín de Lucas. En El Jardín de Fukuoka la naturaleza se transforma en una serie de manchas de color fruto del azar, que dispersas en el lienzo desnudo crean un mapa lleno de armonía y equilibrio. Un ecosistema de pinceladas etéreas que da forma a una campo de reflexión sobre el impacto de la intervención humana en nuestro entorno.
«Imaginemos que las formas geométricas desaparecieran de nuestros huertos y que la racionalidad de su diseño se diluyera gracias a una progresiva reducción de la intervención humana. Esta idea, que parece contradecir todo lo que conocemos acerca de los métodos de siembra tradicionales, es el punto de partida de la agricultura natural que postula el filósofo japonés Masanobu Fukuoka y cuyas bases se recogen en su libro La revolución de una brizna de paja. Pero su propuesta no es una simple teoría que obedezca a hipótesis parciales, sino que responde a años de experimentación en los que el japonés se ha vinculado al territorio desde la mínima interferencia: no ara, no poda, no usa productos químicos, no quita las malas hierbas y, sin embargo, sus resultados alumbran un ecosistema lleno de vida.
Sirvan estas primeras líneas para introducirnos en la propuesta de Rubén Martín de Lucas (Madrid, 1977), artista que a lo largo de los últimos años ha desarrollado un importante núcleo de investigación acerca de problemas derivados del crecimiento de la población mundial y de la distribución de recursos. Su serie El Jardín de Fukuoka no es solo un emotivo homenaje al pensador y agricultor japonés a través de la pintura, sino que nace de un hondo convencimiento de la urgencia de llevar a cabo un cambio global en la perspectiva de la agricultura concebida como un mero sistema de producción capitalista.
La serie aborda maneras opuestas de entender la comprensión de la naturaleza como espacio generador de vida. Por un lado, Martín de Lucas ha desarrollado un grupo de piezas tituladas `Desiertos´ donde reflexiona acerca de un tipo de agricultura de monocultivo que, lejos de constituir un ecosistema en equilibrio, se vuelve dependiente de los productos químicos al tiempo que reduce la biodiversidad del lugar. En estas obras, el artista practica un mismo gesto que, a modo de incisión sobre una capa de óleo monocromo, se repite a lo largo de toda la superficie de la obra. Este orden funciona como emblema restrictivo que anula tanto la intuición como el libre desarrollo de las distintas especies a través de un orden natural.
En contraste a esta modalidad, reiterativa y monócroma, Rubén Martín de Lucas desarrolla el conjunto `Vergeles´, pinturas donde la versatilidad cromática y la expresividad de la mancha apelan a una interrelación de los elementos naturales libres del estricto control humano. Complejas, dotadas de un equilibrado desorden y surcadas por inesperadas divergencias, estas pinturas funcionan como acontecimientos visuales donde nada parece estar previsto. Este flujo natural del gesto pictórico, que intenta sobreponerse a cualquier esquema previo, busca constituirse como el reflejo del pensamiento agrícola de Fukuoka; es decir, hallar el camino de la esencial natural de las cosas» Carlos Delgado Mayordomo.
Artista: Rubén Martín de Lucas
Fechas: Hasta el 10 de Marzo de 2018
Lugar: Galería BAT Alberto Cornejo, Madrid