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Written by: Exposiciones Museos Nueva York

Sanja Iveković. Sweet Violence» de Sanja Iveković en el MoMA

Del 18 de diciembre de 2011 al 26 de marzo de 2012. Museum of Modern Art, MoMA, Nueva York

El 10 de mayo de 1979 el cada vez más enfermo presidente Tito, desfiló por las calles de Zagreb en el que sería una de sus últimas apariciones multitudinarias. Las enormes medidas de seguridad durantes estos actos formaban parte de la cultura mediática y la propaganda del régimen yugoslavo bajo la apariencia del socialismo y la ideología del libre mercado. Durante el desfile, la artista croata Sanja Iveković realizó una acción artística claramente posicionada en contra de aquel régimen caduco. En el balcón de su apartamento se exhibía ajena al magno acontecimiento. Sentada en una silla, lee un libro, bebe whisky y hace gestos como si se masturbara, desafiando la prohibición de permanecer en los balcones durante el desfile. Se desarrollaba así una intercomunicación entre tres personas: ella en su casa, un observador desde una azotea cercana y el agente de policía que poco después ordenaba desalojar su balcón. Una performance cuyo único espectador fue el policía que la detuvo. Tomó algunas fotografías con cámara oculta que junto al texto que describe la acción forma el álbum Trokut (Triángulo), un discurso sobre la opresión de las libertades políticas y las relaciones que se establecen entre lo público y lo privado.

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Sanja Iveković (Zagreb, Croacia, 1949) está considerada una de las principales artistas de la nueva práctica artística yugoslava de los años 70. Junto a Marina Abramovic (Belgrado, Serbia, 1946) es pionera en propuestas artísticas conceptuales, en el empleo de la fotografía, el vídeo, las intervenciones en espacios públicos y la performance. Su obra tiene un gran trasfondo político y compromiso social. Como otros artistas de su generación utiliza los medios de comunicación para evidenciar la represión gubernamental y la falta de libertades y derechos de las mujeres. En la obra Dvostruki život (Doble vida), 1975, reflexiona sobre como los medios de comunicación de masas conforman estereotipos femeninos que las mujeres de su generación acaban asumiendo como identidad. Con Osobni rezovi (Cortes personales), 1982, presentada en la televisión pública de su país, repasa veinte años de historia oficial en Yugoslavia, mientras va cortando la malla que le cubre el rostro. En Gen XX, 1998, recupera la memoria de las mujeres que lucharon durante la Segunda Guerra Mundial; en ese mismo año comienza el proyecto Ženska kuća (Casa de acogida) donde se compromete con mujeres de distintas ciudades del mundo sobre quienes se ha ejercido violencia.

Esta artista está presente en las colecciones del Museo de arte contemporáneo de Zagreb, en el Centro Pompidou de París, en el MoMA de Nueva York o en el Museo Reina Sofía de Madrid. Son muchas las exposiciones que se han dedicado a esta artista; en nuestro país, en la Fundació Antoni Tàpies de Barcelona en 2007, en Espai Visor de Valencia en 2009 y en varias colectivas como La batalla de los géneros, CGAC de Santiago de Compostela a finales de 2007 y la célebre Wack. Art and the Feminist Revolution, en el MoCA de Los Ángeles en 2007.

Sin embargo es la primera vez que se le dedica una exposición retrospectiva en Estados Unidos. Hasta el 26 de marzo el Museum of Modern Art de Nueva York repasa sus cuatro décadas de activismo artístico en la Special Exhibition Gallery de la tercera planta con obras como Lady Rosa de Luxemburgo, 2001, un monumento en la Plaza de la Constitución de Luxemburgo dedicado a la política alemana de la Primera Guerra Mundial; Sweet Violence, 1974, vídeo sobre la propaganda mediática durante el mandato de Tito que da título a la muestra; y Waiting for the Revolution (Getting Old), 1981, una serie de dibujos sobre la conexión entre las evoluciones políticas-sociales y sexuales que han tenido lugar tras la caída del muro de Berlín y la desintegración de Yugoslavia.

Toda su trayectoria está cargada de un conceptualismo que aunque tiene su sentido en un contexto histórico y social muy concreto traspasa las fronteras temporales y geográficas como si tras la desaparición del telón de acero aquellas amenazas que desaparecieron siguieran vigentes. Amenazas que tienen que ver con la violencia que se ejerce sobre las mujeres, el poder de los medios de comunicación sobre las sociedades, la desaparición de la memoria colectiva y en general, la pérdida de libertades en pro de una aparente seguridad de las naciones.

Etiquetas: , Last modified: 9 enero, 2012