El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) presenta Tanta lejanía, primera retrospectiva en España dedicada a la obra de la artista canaria afincada en Suiza, Helen Acosta. La muestra, comisariada por Semíramis González, se podrá visitar en el espacio San Antonio Abad del CAAM hasta el 2 de junio de 2024.
El proyecto expositivo reúne una selección de una treintena de obras relevantes de las dos décadas de trayectoria profesional de esta artista conceptual, que se expresa en soportes como la fotografía, vídeo, escultura e instalación. Incluye piezas inéditas de reciente creación de su serie Ola-montaña y el vídeo Heimat (Ciudad natal), en las que propone un diálogo entre el mar de Canarias y las montañas suizas, dos territorios separados entre sí por más de 3.000 kilómetros, que están muy presentes en su cosmos creativo.
El título de la exposición alude a la experiencia vital de la artista, a la lejanía física y cultural que ha marcado su vida en los últimos años, a medio camino entre Gran Canaria, Berlín y Zúrich, y a una sensación de pertenencia doble propia de quienes residen lejos del lugar donde han vivido su infancia y juventud.
Helen Acosta Iglesias (Las Palmas de Gran Canaria, 1975) vive y trabaja en la ciudad suiza de Zúrich. Estudió Traducción e Interpretación en las universidades de Gran Canaria y Colonia, y cursó Bellas Artes en la Universidad de Hannover. Ha expuesto su obra en destacados museos y galerías de arte de Alemania, en ciudades como Berlín, Düsseldorf, Leipzig o Hannover. En ese país ha recibido varios galardones por su trabajo y ha sido nominada en diversas ocasiones a distintos premios de arte. También ha expuesto su obra en varias ciudades de Suiza, así como otros países como Cuba, Hungría, Países Bajos y Lituania.
Líneas temáticas
“En esta exposición se encuentran las líneas temáticas que se entrecruzan y relacionan constantemente en las obras de Helen Acosta: los deseos y las estrellas, el anhelo por buscar más allá e imaginar otros mundos posibles, la familia y las relaciones entre las personas (los afectos), la memoria y el recuerdo. En el fondo, las emociones humanas llevadas a la sutileza de convertirse en obra de arte”, explica la comisaria de la muestra, Semíramis González.
Partiendo de un enfoque conceptual, “Acosta explora en su corpus artístico esa delicadeza que emana de lo menos perceptible, de lo que apenas podemos ver o reconocer y que, sin embargo, está en nuestra memoria y en nuestras experiencias vitales. Hay mucha vida en estas obras, porque la artista nos invita a revivir aquellas sensaciones efímeras que nos acompañaron una vez y que son importantes”.
En contraste con el mundo actual de la inmediatez y la incertidumbre ante los constantes conflictos y amenazas globales, su trabajo artístico se convierte en una especie de “caricia en el corazón para quienes lo contemplan”, observa la comisaria. “Creo que esta exposición es como un atlas emocional que se detiene en lo profundo de lo que sentimos y hace que cualquier persona que contemple su obra pueda sentirse identificado”.
El recorrido por la exposición comienza con la obra Sonntagskinder, (Los niños que nacen en domingo), 2009. Una gran campana de bronce sumergida en el interior de un cilindro de metacrilato lleno de agua alude al refrán alemán que asegura que solo los niños o niñas que nacen en domingo podrían oír las campanas hundidas. La obra nació también de los recuerdos de su infancia y su temor al mar. Intenta plasmar la sensación claustrofóbica de un océano encerrado o enjaulado en un muro de cristal, aunque guarda en su interior una burbuja de aire a modo de refugio secreto.
Junto a la campana sobresalen las piezas de su serie Constelaciones, que comenzó en 2020, durante la pandemia, en colaboración con el departamento de Astrofísica de la Universidad de Zúrich. Sus conjuntos de estrellas adquieren forma a través de unos finísimos hilos de seda y algodón sobre telas de terciopelo negro que emplea como soporte, eludiendo al cielo nocturno que durante el confinamiento se convirtió en la única visión posible para millones de personas que solo podían asomarse a la ventana como vía de escape. La serie surgió de recuerdos de su infancia en la Isla, que le condujo ante la posibilidad alternativa de mirar hacia arriba, a las estrellas.
La exposición incluye otras obras con la temática del universo, como en el vídeo El comienzo, 2008, en el que muestra una estrella fugaz de apenas unos segundos; una pieza que realizó junto al investigador y científico, Madiedo Gil, que le facilitó grabaciones de vuelos reales de estrellas fugaces para que la artista escogiera una, la que finalmente eligió para su obra.
También están presentes en la muestra una selección de sus dibujos y otras obras emblemáticas de su producción artística, cargadas de la poética que recorre todo su trabajo, como Claudia, 2009, o Se equivocaba la paloma, 2018.
Las alusiones familiares se reflejan en piezas como Bendicionales, 2008, que nos sitúa en tradiciones de las islas a punto de extinguirse. En el vídeo Nana, 2010, muestra un singular ascenso del alma de la abuela de la artista, desde el tejado de un hospital de la capital grancanaria donde falleció hasta el infinito. La pieza es un espectacular zoom invertido, desde la tierra hacia el cielo, con el que Acosta rinde homenaje a uno de sus seres queridos. Y en Finalmente, 2008, alude de nuevo a su familia con una obra creada con un aparato de televisión que solo proyecta una imagen fija de un paisaje otoñal. Para sorpresa de su padre, esa es la única televisión que ha escogido para en su casa, la que muestra un día otoñal lleno de paz y belleza.
La exposición Tanta lejanía se inscribe en el compromiso adquirido por el CAAM y el Cabildo de Gran Canaria de producir proyectos que contribuyan a dar visibilidad al trabajo de creadoras y creadores que residen o han nacido en la isla de Gran Canaria.
Fechas: Hasta el 2 de junio de 2024
Lugar: CAAM, Las Palmas de Gran Canaria