Coincidiendo con el primer centenario del nacimiento de Antoni Tàpies, Leandro Navarro inaugura Tàpies. Centenario, la primera exposición individual del artista en la galería. La muestra rinde homenaje a uno de los creadores más relevantes del siglo XX reuniendo un conjunto compuesto por 17 obras que abarcan desde 1955 al 2000 y que incluye pinturas, esculturas y un tapiz de grandes dimensiones.
Íñigo Navarro, director de la galería, considera que es el momento idóneo para mostrar al artista: “Su obra es emocionante, es un artista que nos enseña una mirada distinta de la realidad, se fija en cosas que a veces nos resultan invisibles y frágiles. Tàpies las posiciona, les dota de importancia y nos lleva a reflexionar con profundidad sobre el ser humano y su lugar en el mundo. Además, su obra contiene una carga espiritual con una gran influencia de las religiones orientales”.
Tàpies. Centenario comienza con algunos de sus primeros cartones en los que aún se perciben ciertas formas surrealistas, movimiento al que estuvo adscrito antes de su deriva hacia el informalismo. La muestra también se completa con una escultura de primer nivel, uno de los tapices más importantes de su trayectoria y concluye con materias de la década de 1990 y los 2000 llenas de expresividad y fuerza. “El contenido de la obra de Tàpies —continúa Íñigo Navarro— es tan profundo y reivindicativo que indudablemente consigue un acercamiento al ser humano”.
La exposición, que se podrá ver hasta el próximo 27 de marzo en la galería, se complementa con un catálogo que incluye textos de Toni Tàpies, hijo del artista, y de Núria Homs, conservadora de la Fundació Tàpies, en el que se repasan los aspectos más relevantes de la trayectoria del artista y la intencionalidad detrás de su obra, así como una entrevista que Tàpies mantuvo en 1995 con Manuel Borja-Villel, gestor cultural y especialista en la obra del artista.
Para Toni Tàpies, hijo del artista, esta exposición permite fomentar en el espectador una visión global de la producción de Antoni Tàpies, al incluir muchos registros “tapianos”, como el tipo de obras matéricas que le dieron fama mundial, collages, ensamblajes, obras sobre cartón bronces.
“Hay una doble vertiente en toda la obra de Tàpies. Por un lado, una actitud de rebeldía que empuja y anima a la lucha: al dar valor a lo más simple —la paja, el polvo, la caja de madera, las partes del cuerpo menos atractivas—, Tàpies denuncia el funcionalismo excesivo y la primacía de la producción excesiva y la acumulación de bienes típicos del capitalismo. Por el otro, una actitud incuestionablemente espiritual: Tàpies invita a la reflexión, a la actitud meditativa y a la introspección”, escribe Núria Homs, conservadora de la Fundació Tàpies, en el catálogo que acompaña esta exposición.
La conservadora cree que el artista se sitúa a medio camino entre el mago o el prestidigitador, que mediante unos trucos transforma la materia en algo que llamamos arte, y el monje budista, que utiliza la pintura y la escritura para ayudar a alcanzar la iluminación. “Tàpies —continúa— finalmente parece desaparecer en el gesto de mostrar un material pobre para que sea el espectador quien complete y dote de significado formas, colores y texturas a través de su mirada activa”.
Por su parte, la entrevista con Manuel Borja-Villel, comisario de la exposición que podrá verse en el Museo Reina Sofía con motivo de la celebración del centenario, presenta más detalles sobre el proceso y filosofía de trabajo del artista: “Sería justo decir que soy como uno de esos escritores que siguen escribiendo y revisando el mismo libro durante toda su vida. A pesar de los cambios que puede haber en el curso de mi carrera, considero toda mi producción como un solo trabajo”, sentenciaba Tàpies durante su encuentro con el gestor cultural.
Fechas: Hasta el 27 de marzo de 2024
Lugar: Galería Leandro Navarro, Madrid
