Desde la mítica Whitechapel de Londres llega a Madrid casi 70 años después una revisión y versión de This is tomorrow, la exposición en la que Lawrence Alloway y Theo Crosby reunieron a profesionales del arte, la ciencia, la técnica y la representación para “visionar juntos la imagen del futuro”.
En 2024, Juan Cabello Arribas y Rafael Serrano Bonilla recuperan This is tomorrow para observar el futuro a través de la mirada de los 60 artistas del momento, una exposición que puede verse en Paisaje Doméstico (Calle Alfonso Gómez 11 2ºA, 28037 Madrid) hasta el 19 de abril con la obra de:
Elena Lavellés | Santiago Morilla I Ruth Gómez I Avelino Sala I Susana Guerrero | Josechu Dávila I FUERADECARTA (Patricia Mateo + José Luis López Moral) | Juan Francisco Casas I Ana Rod I Óscar Seco I María José Escolar I Xavi Muñoz I Montse Gómez Osuna I Jorge García I Elena Jiménez I Miguel Scheroff + Ira Torres I Ana Pérez Pereda I Elio Rodríguez I Lo Súper I Javier Aldarias I Lorena Gutierrez Camejo I Illán Argüello I Paloma Gámez I Alvar Haro I Mar Garrido I Manuel Antonio Dominguez | María Guzmán I Otón I Verónica Ruth Frías I Pascual Rodríguez I Ainoha Moreno López I Pablo Sola I Marina Vargas I Óscar Valero I Teresa Moro I Jeffrey Ludlow I Mar Solís I Diego Delas I Marta Serna I Quique Garcinuño I Belén Mazuecos I Hugo Alonso I Manuela Eichner I Carlos Aires I Lua Gandara I Arturo Méndez I Consuelo Chacón I Marco Prieto I Katia Giuliani I Eduardo Infante I Patricia Gómez + María Jesús Gonzalez I Dagoberto Rodríguez I Julia Gómez Mora I David Trullo I Paco Lagares I Ira Torres I Luis Feo I Cyro García I Jorge García.
De izquierda a derecha obras de Jeffrey Ludlow, María José Escolar y Paloma Gámez, Marco Prieto, Kike Garcinuño, Jorge Garcia y Pez-pájaro de Ruth Gómez
Tras la Segunda Guerra Mundial, Alloway y Crosby propusieron esta exposición como un gran ejercicio de reflexión colectiva pidiendo a los artistas que crearan sus trabajos específicamente para la muestra, invitando primero al artista y luego al espectador a generar su retrato del futuro. Así, los comisarios de la muestra actual Juan Cabello Arribas y Rafael Serrano Bonilla, han reunido en este doméstico paisaje madrileño la visión de 60 artistas nacionales e internacionales que van de los 29 a los 85 años retratando el futuro “como agentes reconstructores de porvenires, como prácticas visionarias de posibilidades, como activos ensoñadores de esperanza”, dice el texto para no perderse que acompaña a la exposición. Tras un cartelón que bien podría estar en un festival o en un museo, Juan nos abre la puerta a un espacio expositivo que no se asemeja a ninguno otro conocido, plantas por todas partes (cosa de Rafa, dice Juan), cerámicas de Bordallo y eclécticas obras de arte bailan por el espacio al compás creando un ambiente que domestica la cultura para acercárnosla.
Bajo el pretexto de la muestra, miramos a las obras como la adivina a su bola de cristal, buscando nuevas vidas en las representaciones de un futuro que las haga viables, vivibles. El lado oscuro se abre camino en el universo de Luis Feo que ve el futuro muy negro, a lo que Ana Rod nos muestra un florecimiento en su cerámica, literalmente, habiendo incorporado semillas de chía en su figura de las que nacen nuevos y verdes brotes. Junto a ella encontramos otros grandes nombres de la escultura como el de Montse Gómez Osuna con su casco atrapador de ideas preparada para lo que venga, Mar Solís y su epicíclica mañana o Susana Guerrero con su Nganga para invocar buenos augurios. Juan Francisco Casas ha jubilado su icónico bic azul en un mundo de colores que no nos da tiempo a cargar produciendo una imagen glitcheada, un futuro que en la otra sala Paloma Gámez encierra en el presente, dejando a la vista dos lienzos que atrapan uno entre ellos que no puede verse, todavía. Dagoberto Rodríguez vislumbra un futuro de nacionalismos con su magnificado Yo soy Fidel mientras Hugo Alonso nos aleja de la Tierra para soltarnos en la inmensidad del espacio a lo que Marco Prieto ve en su imaginación del futuro el final, el omega que marca el fin y corona la composición, mientras que junto a él la soga de Jorge García se mantiene a la espera de un final que no llega. Marina Vargas se desnuda y muestra por primera vez un autorretrato del momento vital en el que más se cuestionó su futuro, momento que por desgracia muchas compartirán. Josechu Dávila nos regala su micropremonición para mañana, Santiago Morilla se cuestiona la muerte de la industria fósil y Carlos Aires nos ataca con su precisa imaginación del futuro en una obra de 2023. Tan solo algunos ejemplos de esta ambiciosa muestra que en una sucesión de 60 obras del ayer, el hoy y el mañana nos sugiere un futuro imaginado y nos invita a imaginarlo, recordándonos Avelino Sala antes de salir por la puerta que nuestro futuro está en nuestras manos.
Con esta exposición nos enfrentamos a un futuro plagado de incertidumbre, inestabilidad y poco optimismo, ante lo que los comisarios propusieron a sus artistas volver a la libertad de la emergencia, “encarar el futuro, desear, experimentar un arte de riesgo. Queremos que vuestras obras sean bolas de cristal y nos devuelvan los reflejos de estas emergencias desconocidas”. Desde su creación en 2022 Paisaje Doméstico se ha propuesto acabar en sus exposiciones con el edadismo y toda discriminación, dice Juan Cabello refiriéndose a los artistas: “no nos interesa ni la edad ni la proyección, nos interesa cómo observan, me interesa lo que ven (…) la observación es el principio de la crítica y este es un espacio de crítica”. Una exposición para no perderse lo que está pasando hoy con el arte y aventurarse a imaginar qué ocurrirá en el futuro en un espacio expositivo que no puede ser más acogedor, con un comisariado cargado de rigor y amor en cuya inauguración podía verse a los comisarios yendo a abrazar a cada artista para agradecerles su compromiso para con el arte y decirles que sin ellas y ellos nada de esto sería posible.
Etiquetas: Paisaje Doméstico Última modificación: 1 abril, 2024
