La galería Combustión Espontánea arranca la temporada con la exposición «Sin respeto», una colectiva en la que participan los artistas Nono Bandera, Julio Falagán, Marcos Covelo y Carlos G. Boy.
Un proyecto en el que emisor y receptor han sido dos de los conceptos que más presentes han estado, un continuo ir y venir de cartas entre diversos puntos geográficos cuyos sobres salvaguardaban cuatro libretas, iniciada cada una de ellas por los artistas Nono Bandera, Julio Falagán, Marcos Covelo y Carlos G. Boy, e intercambiables entre todos realizando un sinfín de intervenciones en las que todo vale, no hay respeto por lo anterior, ni por lo siguiente.
Este juego progresivo presenta equivalencias con el iniciado en el 1925 por los surrealistas, al cual le dieron el nombre de ‘cadáver exquisito’, y que tenía como fin un texto surrealista creado en base a diferentes artistas que no leían la nota anterior de su compañero, inspiración también para el proyecto Meet the Artist, realizado por Jake y Dinos Chapman, George Condo y Paul McCarthy en donde los cuatro artistas realizaron una secuencia preestablecida con telas y placas de grabado, una obra a cuatro manos con un discurso formal equiparable al proyecto que presentamos. En su caso, y en el nuestro, existe trampa y cartón, el soporte se recibe descubierto, por lo tanto el proceso se convierte en una ida y venida de solapamientos, mutaciones, descubrimientos y emociones.
SIN RESPETO es precisamente un guiño a este juego donde prima la libertad de actuación y la falta de respeto a lo que cada uno de ellos recibía por correo, pero aquí radica su paradoja porque no hay más amistad verdadera (y respeto) que aquella que te permite hacer y deshacer lo que te regala ‘el otro’. Un diálogo cruzado que con el tiempo generaba más interés en ellos. Una espera constante a la siguiente libreta marcaba el pasar de estos cuatro artistas, una descomposición con todo tipo de contenidos. El respeto también se perdía en la propia envoltura de las mismas, las intervenciones y dibujos se escapan de las libretas para pasar a formar parte del ensobrado de las mismas.
Los cuatro artistas a pesar de jugar con formatos, soportes y técnicas diferentes parten de un punto en común: se adaptan al apropiacionismo aunque conceptualmente distan entre sí. Carlos G. Boy juega con el medio, realizando cómics y proyectos de forma anárquica. Los cuatro se han unido para crear un universo creativo en el que se entremezclan paradojas existencialistas, conciencia social, estética de lo bello y lo feo, entre muchos otros. A medida que estos universos iban creciendo, se veían obligados a crear canales de comprensión mutua, adaptaciones que terminan mostrando coherencia a ideas, en un principio, inconexas. Registros mezclados, borrados, repintados, imágenes laberínticas… forman un proyecto que está en constante transformación, un proyecto totalmente vivo, una labor sin control que nunca marca el final de un dibujo, sino tan sólo el principio del otro.
Fechas: Hasta el 12 de noviembre de 2016
Lugar: Galería Combustión Espontánea, Madrid