La madrileña galería Orfila presenta los últimos trabajos del artista Valeriano Cortázar, los cuales suponen un nuevo giro hacia una abstracción plena, centrada en la mancha, el ritmo y el color. El crítico de arte Gregorio Vigil-Escalera, escribe el catálogo de la exposición donde explica como Cortázar muestra el dominio de los fundamentos abstractos que son la base de sus búsquedas y hallazgos, que están en correlación con las características estilísticas sus propias capacidades e identidad pictóricas. Lo que ya una vez en su poder y su manejo de esos recursos, el flujo de la creatividad discurre libre y sosegadamente hacia su consumación y con arreglo a unas vivencias que tienen en la expresión visual de sus sentimientos su razón de ser.
De carácter autodidacta, Valeriano Cortázar se siente atraído desde niño por la pintura gracias a la influencia de su tío, el pintor impresionista, Emilio Pérez. Comienza en los años 70 con una etapa surrealista, con un predominio de la figura humana: la mujer en sus múltiples formas y sentidos, pero influenciado por el impresionismo con el que ha crecido, poco a poco va combinando ambos estilos, hasta sentirse atraído por el informalismo. En los últimos años, Cortázar toma como referentes para sus investigaciones en la abstracción, a Miquel Barceló y a Lucio Muñoz.
El propio Valeriano explica su forma de trabajar: Pinto improvisando, guiado por lo que va sugiriendo el cuadro en cada momento, sin barreas en cuanto al soporte (lienzo, madera, papel, cartón…) ni a los materiales (óleo, acrílicos, pigmentos, tierras, madera…), esto me permite expresar sentimientos en libertad, alejándome de influencias externas, plasmando en mis cuadros emociones y sentimientos sin representar o simbolizar nada concreto de modo que cada espectador puede interpretar un mensaje diferente.
Artista: Valeriano Cortázar
Fechas: hasta el 17 de noviembre de 2018
Lugar: galería Orfila, Madrid