La galería Zunino da comienzo a su temporada expositiva con HÚMERO, de la artista Coco Escribano, para quien esta es su primera exposición en la galería. Comisariada por Victoria Arribas Roldán, y a traves de pinturas de diferentes formatos y dibujos, HÚMERO se presenta como una vuelta al origen.
Unos huesos –humanos- que parecen haber sido encontrados en una excavación, y la pintura de una Eva presentada a modo de radiografía a color, en la que vemos su corazón, sus huesos, en la que, en definitiva, podemos ver, su yo, su alma… nos invitan a adentrarnos en el origen de todo, a sentir la fragilidad de las cosas. Porque el húmero es un hueso, y un hueso no es solo una parte física del cuerpo, frágil, que se rompe y se cura; Es también la parte más íntima de uno, es el alma. Acaso no hemos dicho alguna vez “sentir algo en los huesos”, eso es porque sentimos de manera auténtica. Sentimos el dolor de la ruptura y el placer de la sanación, de la recuperación. Sabemos –aunque a veces nos olvidamos- que todo es frágil, no solo nuestro cuerpo sino nuestra mente. Frágil es el sentido que le damos a la vida, y la vida misma, pues en un momento sucede algo, o tomas una decisión, que todo lo cambia.
Tal vez sintieron algo en los huesos Adán y Eva cuando decidieron saltarse las normas que desembocaron en un abandono del Paraíso. Tal vez estaban hartos de estar atados a esas normas y condiciones esperando “un bien mejor” y decidieron cambiar lo que conocían por algo mejor (o peor… nunca se sabe), o simplemente por algo diferente. Vamos: la vida misma. ¿Estás harto de algo? Pues cámbialo.
Muchas han sido, y son, las representaciones de Adán y Eva a lo largo de la Historia del Arte. En HÚMERO, Coco Escribano nos presenta a unos Adán y Eva vestidos, y, algo traman. ¿Vienen o se van? ¿Acaso le habrán metido fuego al Paraíso? En sus botas llevan el cosmos, y en sus ropas van impresos los instintos más primitivos, los buenos y los malos, los que hieren y sanan; Llevan los deseos, las pasiones, las virtudes y los pecados capitales. Y es que Coco Escribano ha dado vida a una iconografía propia, diferente. Seres fantásticos dan vida a extraños universos como los que en su día crearon El Bosco o Dalí. Estamos ante un bestiario del siglo XXI cuyos protagonistas se están apoderando de Adán y Eva, y de nosotros.
El día a día, o lo que es lo mismo, lo que nos define o nos preocupa (la virtud, el honor, la amargura, la tristeza, el dolor, la fecundidad, la lucha entre el bien y el mal) se nos muestran a través de las frutas del paraíso, las cuales se nos presentan en curiosos bodegones. No están solas. Las acompañan o las hieren cuchillos. Pero ¡fíjate bien! pues la creatividad de Coco Escribano es arrolladora y metamorfosea los húmeros en cuchillos fantásticos.
Cuchillos, que se nos presentan no solo como símbolo de nuestra mente humana que trata de cortar lo superfluo, lo irrelevante, sino como instrumento que corta, disecciona, hiere.
Además de en las pinturas, los cuchillos son protagonistas de una serie de sutiles dibujos. En ellos podemos ver cómo esa fusión de húmero y bestiario ha dado lugar a unos bellos y grotescos cuchillos. Ahora no atacan, no agreden, pero tal vez en ellos está implícita la perversa actividad de la automutilación y la búsqueda de sentirse vivo a través del dolor. Consecuencias, por otro lado, de este otro paraíso que decidimos habitar, en el que a veces sentimos no encajar y nos lleva a tomar –drásticas- decisiones e incluso a veces, a cometer locuras.
El color está presente en HÚMERO.Azules, amarillos, naranjas, verdes… y ROJO. El rojo nos atrae, nos transmite calor y excitación y también pasión, y nos avisa del peligro. Roja es la boca carnosa de la Evade ojos grandes y mirada expectante que nos invitó a entrar a este nuevo Paraíso que ahora recorremos. El rojo envuelve a una Eva pensativa, tal vez un rojo que le anuncia los peligros de sus decisiones, y por ende, a nosotros. El rojo acompaña a Adán y Eva en su nuevo viaje en coche y rojo es el paisaje que contemplan desde el capó del coche, tal vez los restos de un incendio (¿el del Paraíso?). Y es que rojo puede ser amor, y puede ser guerra. Rojo es sangre, como la que gotea de uno de los grotescos cuchillos.
Coco Escribano con apenas un instrumento, el húmero creado por ella misma, un universo propio, y la metáfora por bandera, nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de las cosas, y a recapacitar sobre nosotros mismos, nuestro paraíso y nuestra posición ante él. ¿Estamos en el que queremos estar? ¿Somos quienes creemos ser?
Ilustradora y artista plástica, Coco Escribano (Quintanar del Rey, 1984) es licenciada en Bellas Artes por la UCLM. Su obra ha podido verse tanto en exposiciones individuales como colectivas en galerías y espacios de arte, así como en ferias de arte contemporáneo como ESTAMPA y en festivales como MULAFEST o el Festival de Arte Naif de Polonia.
Artista: Coco Escribano
Fechas: del 17 de septiembre al 22 de octubre de 2022
Lugar: galería Zunino, Sevilla
Etiquetas: Coco Escribano, Galería Zunino, María Victoria Arribas Last modified: 14 septiembre, 2022